Re: BLOODY GAME 2.0 [Partida]

Estefano Jue Mayo 09, 2013 1:31 pm

Nastya:

Abrí los ojos lentamente mientras sentía como si un montón de monos con platillos estuvieran aporreandome con ellos la cabeza - der'mo - susurre mientras me llevaba una mano a la cabeza tras lo que parecia un grito más de la estupida señora del 5ºD. La juerga de anoche debió ser de las buenas.

Tosí frotándome los ojos mientras buscaba con el pie el interruptor de la luz, tocando con el movimiento a una especie de bolsa o mochila de tela. Abrí los ojos con sorpresa al verme rodeada de extraños en un lugar ciertamente siniestro - ¿Donde estoy? - balbuceé mientras me arrastraba con torpeza lejos de ellos, no solo era la cabeza lo que me dolía, sentía entumecidas las piernas y frió en el pecho.

Trate de reorganizar mis recuerdos mientras echaba un vistazo rápido a mi alrededor, realmente me encontraba en un lugar siniestro, digno de una escena de Saw; y un rápido vistazo a mi misma, llevaba mi ropa de siempre, tejanos ajustados, tenis y una camiseta... hecho de menos mi chaqueta. Era obvio que esto no es mi casa ni ningún sitio que conozca - ¿Quienes ser vosotros?! -[/color] les grite con cierta valentía, provocándome un pinchazo de dolor en la cabeza, realmente no me encuentro bien

- ¿Quienes ser vosotros? - volví a preguntar, sintiéndome indefensa, en un tono mas bajo, el efecto de la droga que han usado conmigo aun no ha cesado, esta claro que no era buena mierda.

Matthiew Vie Mayo 10, 2013 1:20 pm

Le lanzo un sonoro beso por el aire a la yonki para luego, decirle un "cómeme el rabo" sin voz, únicamente moviendo los labios, todo ello detrás de mis gafas de sol.
Continúo sentado en el suelo, con las manos en la nuca y con mi característica sonrisa pintada en la cara. Entonces aquella voz habla, pero me mantengo absolutamente impasible, manteniendo incluso la sonrisa, sobre todo al ver cómo los dos primeros (sobre todo ella) chilla y se pone histérica, chillándole a aquella cámara.
- No te tomes la vida tan en serio, - sorbo por la nariz- al fin al cabo no saldrás viva de ella.- canturreó feliz, para luego bajarme las gafas y decirle en un tono muchísimo más serio e imperativo, con el ceño fruncido y la boca apretada- relájate- le ordeno.

No le hago ningún caso a la que se acaba de despertar. Ya la pondrán al día otros.

Vuelvo a subirme las gafas, pero estoy cómodo aquí sentado, por lo que paso de levantarme, sin embargo, hablo.- Como diría Jack: vamos por partes- comento de nuevo, divertido. - ¿Cual es su plan?- le pregunto a la cámara, pero sin verla siquiera, ya que mantengo mis ojos viendo a un punto fijo de la pared, sonriente. Le trato de usted por absoluto y demencial respeto. Esta persona merece ser respetada por haber conseguido... todo esto- Mi plan es vivir eternamente. -hago una pausa- Y asta ahora lo estoy cumpliendo perfectamente.- bromeo.- Así que creo que mis planes y sus planes no se van a poner de acuerdo en cuanto se desarrollen los acontecimientos... O eso parece. ¿No es así?- le pregunto.- Sin embargo...- digo llevándome los dedos por las comisuras- En este humilde rincón hasta el mas hombre se baja el pantalón- rimo resignado.- Así que estamos... yo, por lo menos, a su entera disposición. -canturreo mis últimas palabras.

**Gray** Dom Mayo 12, 2013 2:40 am

Willow apoyó la cabeza en la pared, dobló las piernas y se abrazó las rodillas mientras observaba la escena. El tío de la perilla, Matthiew, se había acercado a unas puertas de madera y ahora mismo estaba abriéndolas de una patada. Willow alzó ligeramente las cejas, sorprendida. No esperaba que el tío tuviese tanta fuerza.

Cuando se dirigió a la recién despertada, Willow desvió la mirada para observarla. Cuando le respondió, tras explicar los efectos de su enfermedad, Willow curvó ligeramente los labios, aunque no tardó demasiado en apretar los labios. La recién despertada se había acercado a la chica del suelo que, al parecer, no estaba muerta, sino que simplemente dormía. Willow se preguntó por qué le costaría tanto a la chica durmiente despertarse. Frunció el ceño. Luego volvió a mirarse la muñeca y acarició el número que tenía en ella grabada. Tras tapárselo con el jersey, alzó la vista.

Una voz distorsionada resonó segundos después. Tras buscar inútilmente su procedencia por la sala, clavó sus ojos en el altavoz que la china había señalado. Escuchó; tomó aire por la nariz y luego bajó la cabeza, hasta casi pegarla a las rodillas, y soltó el aire por la boca. Frunció el ceño.

Permaneció unos segundos así, pensando, y después alzó la cabeza con lentitud para pegarla, de nuevo, a la pared. La voz se había callado y ahora eran los conocidos extraños quienes hablaban. Richard preguntaba si debían sentirse mal por la droga; la china gritaba, pero se calló de pronto; cuando volvió a hablar, le preguntó a la misteriosa voz si los observaba desde una cámara. Curiosa, Willow observó el lugar donde estaba la china, intentando encontrar la cámara a la que se refería. Detuvo su búsqueda cuando escuchó una nueva voz.

La chica durmiente se había despertado y preguntaba con la voz en grito quiénes eran. Willow la contempló en silencio durante unos segundos, y luego miró a sus compañeros esperando que alguno dijese algo. Como nadie decía nada (el tío de perilla, de hecho, se había limitado a contarle su vida a la misteriosa voz), decidió hacer ella las presentaciones.

—Algo así como tus compañeros. Creo. —Despegó la cabeza de la pared. Luego soltó sus rodillas y estiró el brazo derecho; con el índice, señaló al tío de la perilla—. Ese es Matthiew. —Apuntó con el dedo a la china Xia He—. Esa es Xia He. —Movió el dedo para señalar a Richard—. Ese es Richard. —Señaló a Marlene—. Esa es Marlene. —Miró al gordito y frunció levemente el ceño. No se sabía su nombre, pero aún así le señaló—. No sé cómo se llama él. —Apartó el dedo y miró a Ryuchi. Le apuntó con el índice—. Ese es Ryuchi. —Miró a la chica durmiente. Luego se señaló a sí misma—. Y yo soy Willow Evans. Evans, preferiblemente.

Rodeó de nuevo sus rodillas con los brazos. Después apoyó la cabeza en la pared y suspiró.

—¿Y tú cómo te llamas?

Volvió a suspirar.

**Sheegariel** Lun Mayo 13, 2013 2:05 pm

MAMORU EGUCHI

La chica, Marlene, se explicó tras tragar sus pastillas. Hundí las manos en los bolsillos, conteniendo un gruñido. Esquizofrenia o algo por el estilo, pensé. Era lo que nos faltaba. Una loca. Como si no llegase con un gilipollas –lancé una mirada a Matthiew-, un cobardita –mi vista pasó al gordo-, y la tía esta que no entendía las indirectas.

Una voz sonó de pronto. No mostré nerviosismo, pero mis ojos buscaron veloces por el techo. Las palabras de aquel tipo (por elegir un género) me hicieron apretar los puños, en mis bolsillos.

Richard, el buen hombre, habló el primero. La china fue después, insoportablemente histérica. Por suerte, gracias a ella pude enfocar bien la cámara, a la que miré tranquilo sin levantarme de mi sitio.

Cuando habló el gilipollas, no reprimí el gruñido. Mis ojos recorrieron por completo sus órbitas, de un lado al otro, en un gesto de hastío.

Al fin, algo nuevo: la chica dormida despertó y empezó a preguntar quienes éramos. Me crucé de brazos. La chica que no entendía las indirectas se encargó de hacerle un desglose de todos, así que no tuve que decir nada.

Ignoré a las chicas y volví a mirar fijamente a la cámara. Metí una mano en mi bolsa y hurgé, encontrando enseguida lo que buscaba. Saqué una cajeta de tabaco y la abrí. Me llevé un cigarro a los labios y lo encendí. Me puse en pie y caminé de nuevo hasta Marlene, recogiendo mi cerveza, dándole un largo trago.
Me acerqué a la cámara y la miré fijamente, con el cigarro en la boca.

-Solo una pregunta -.Extendí el índice, mostrándoselo, marcando el número uno-. Sea lo que sea, ¿por qué nosotros? No conozco a esos de nada, y no veo qué podemos tener en común a la hora de ser seleccionados para algo –gruñí, despectivo.

Nehiyr Lun Mayo 13, 2013 4:46 pm

Cuando el tal Matthiew volvió a dirigirse a él, Kota frunció el ceño con exasperación, y abrió la boca para responder algún corte. Sin embargo, aquel imbécil se echó a reír, y finalmente el chico decidió limitarse a apretar los dientes. ¿Para qué responder? ¿Para iniciar otra pelea? Decidió mantener la cabeza gacha e ignorarlo. Cuanto menos tuviera que relacionarse con aquella colección de locos, mejor.

El chico de pelo blanco cedió a la recién despertada una cerveza, que esta no dudó en utilizar para tomar su medicación. A Kota le pareció de lo más extraño. ¿Acaso podía mezclar aquello con alcohol? ¿O acaso la cerveza no lo tenía? ¿O quizá estaba tan desesperada que no le importaba correr ese riesgo? Tragó saliva al ver los efectos inmediatos de aquellas pastillas (porque parecía que la chica no se hubiera planteado siquiera el racionarlas). De pronto, parecía otra. A Kota le pareció un cambio absolutamente espeluznante. ¿Tenía doble personalidad o alguna cosa por el estilo?

Una voz resonó en la sala por encima de todas las preguntas y voces que se iban acumulando, y el chico pegó respigo, poniéndose en pie de un salto, alzando la cabeza y mirando a su alrededor con claro nerviosismo. No tardó en volver a encogerse y bajar la cabeza, como queriendo desaparecer, pero seguía escuchando. Aquella extraña voz afirmaba haberlos drogado, y a su discurso sucedieron gran cantidad de preguntas, gritos y una sarta de tonterías de boca del matón. Kota empezaba a plantearse que aquel hombre, o sabía más que los demás, o era un completo descerebrado, porque todo se lo tomaba con calma y a risa. Desde luego, pensaba mantenerse alejado de él en la medida de lo posible.

Para completar aquella repentina oleada de actividad, la última chica se despertó, y parecía alterada y desorientada. Encima, su forma de hablar delataba que no manejaba muy bien el idioma. Kota, terco en su intención de relacionarse lo menos posible, se limitó a observar sin intervenir. La chica que se había acercado al oriental fue a prestar atención a la chica, señalándolos uno por uno. Aquel repaso de nombres le vino muy bien a Kota, que solía tener problemas para recordar esas cosas, pero no pudo evitar desviar la cabeza, avergonzado, cuando la tal Evans lo señaló, diciendo que no sabía su nombre. No le pasó por alto que aquel caso era el único.

Armándose de valor, completamente ruborizado y con la vista errante, casi con miedo a clavarla en algún sitio en concreto, se acercó un poco a las chicas (aunque no demasiado) y se presentó, tratando que su voz llegase a los oídos de todos para no tener que repetir aquella presentación. Aún así, su voz sonó algo floja y temblorosa, así que no estaba seguro de que todos lo hubieran oído.

-Me llamo Kota.

FdR.: Lalala y claro, la chica aquella no dominaba el idioma lalala ( Cool

My question: ¿En qué puto idioma se supone que hablan, si aquí cada quien es hijo de su padre y de su madre? ¿Y por qué se entienden todos? ¿¿¿En qué maldito país es esto???

**Sheegariel** Sáb Mayo 18, 2013 6:10 pm

LOCAL ABANDONADO - TODOS

Finalmente, la última de los ocho había despertado, como si la alusión de aquella voz la hubiese hecho recuperar la consciencia. Casualidad o no, ya estaban todos, al completo, y sin ninguna baja.

Richard fue el primero en preguntar. La voz, divertida, respondió a su pregunta con un tono jcoso y cantarín.

-No, solo os he dado un tipo de droga. He preparado las dosis de droga para dormiros en relación a vuestros pesos y vuestro sexo, así que no deberiáis sentir nada más allá de un pequeño mareo y un embotamiento, pero se os pasará. Ninguno morirá de ello ni de ninguna otra -. Soltó un par de carcajadas. Tras las palabras de Xia He continuó hablando-. Sí, hos he traído yo. No directamente, claro está. Y, siento discrepar, pero creo que tiene mucha gracia. Y, por favor, no miréis a cámara. Queda muy poco natural.

De nuevo, una risa maníaca resonó en el ambiente. Ya había quedado suficientemente claro que aquel con el que hablaban se estaba divirtiendo con aquello y no sentía ningún remordimiento.
La voz dejó hablar a Matthiew y a Mamoru antes de responder nada más. Las escalofriantes palabras que dijo a continuación quedarían grabadas en la cabeza de todos ellos.

-Número uno, Anastasya Pávlov; dos, Marlene Rebak; Tres, Matthiew Dos Santos; cuatro, Richard Hodkin; cinco, Kota; seis, Mamoru Eguchi; siete, Xia He Li y ocho, Willow Evans, pero llamadla Evans, por favor-. La voz rio, jocosa-. Todos vosotros vais a jugar a un juego conmigo, y solo los que yo decida podrán salir de aquí y volver a sus vidas. ¿Por qué? Como ha preguntado el señor Eguchi... ¿Que tenéis todos vosotros en común?
>>El mundo apesta. A lo largo de los años he visto como miles de personas malvadas salían impunes de sus actos, como si no hubiesen hecho nada malo, mientras que las víctimas de sus acciones veían sus vidas perjudicadas por ellos. Todos vosotros sois monstruos y habéis sido elegidos entre otras muchas personas para pagar por lo que habéis hecho. ¿No os parece interesante?

Su voz, antes desquiciada, ahora sonaba relajada, fría y muy elocuente.

-Pero quizás, si conseguís aprender la lección, os deje libres. Para ello tendréis que jugar a mi juego y trabajar en equipo. Mejor dicho, en equipos-. La voz dejó salir una risilla-. Y, he aquí pues, la primera prueba de este juego.

Se hizo el silencio un instante. Entonces la voz habló de nuevo, fría y macabra.

-Quiero que elijáis a dos líderes de entre todos vosotros. Cada uno de ellos liderará uno de los dos equipos que formaréis. Una vez tengáis claro quienes serán (discutidlo cuánto y cómo queráis), quiero que elijáis en el equipo que queréis estar teniendo en cuenta la siguiente norma: ambos tendrán que tener el mismo número de miembros.

FdR- Ale, ahora tenéis algún turno para exponer vuestras ideas (o callar como putas) y elegir a los dos líderes. No tenéis que hacerlo en dos turnos, pero intentad, por favor, que no se vaya de madre XD

FdR2- Para que no quede extraño, por favor, me gustaría que Kota tuviera un apellido para editar este post y ponérselo. El resto, actuad como si lo tuviera.

Matthiew Miér Mayo 22, 2013 8:52 pm

Lo escucho todo con una gran neutralidad. De hecho, parezco más bien una roca o estatua, pero tampoco estoy serio o tenso, simplemente estoy relajado. Escuchando como si de una radionovela se tratase. Ni siquiera me impresiona que sepa nuestros nombres.
Sólo se quedó con una cosa en concreto. Quiero responderle, pero decido mojarme los labios y continuar escuchando y, cuando se oye el último atisbo de respiración al otro lado del micrófono, me pongo de pie y hago la pregunta que quise hacerle y que decidí que era mejor guardarse.- Aunque no soy más que un monstruo, ¿no tengo derecho a vivir? - preguntó en alto, realizando aquella pregunta sin respuesta aparente y, sin dar tiempo a que nadie si quiera se le pase por la mente la idea de contestarme, me pongo de pié, hinchando en pecho y alzando un dedo y, con un fuerte grito autoritario y grave, uno de los más imponentes que recuerdo, a decir verdad (quizás fuera por el eco), hablo- Está bien: GORDO, CONMIGO. - impero- El resto haced lo que queráis- lo quiero conmigo. No lo sé muy bien, simplemente creo que no quiero ir con ninguna zorra histérica (lo que incluye al oxigenado) o por lo menos, ir con la menor cantidad de ellas posible, o simplemente quiero tenerle cerca, bien sea para no aburrirme, bien sea para que no termine siendo el primer conejillo de indias que caiga. ¿Con quién me divertiría entonces? Una vez dada la orden, miro a Richard no sin antes quitarme las gafas de sol para guiñarle un ojo y rápidamente, volver a colocármelas tan rápido como me es posible.
Crispo los dedos y roto el cuello, estresado. Por lo que meto mi diestra en mi maleta y cierro los ojos, repasando uno de mis objetos, para luego bufar y más tranquilo y negar con la cabeza, ya más contento.

Me vuelvo a sentar en el suelo y me rasco la entrepierna sin pudor y chulería, mientras me rasco la nariz con la otra- Poneos de acuerdo de una vez. - les escupo.- Pero si hay que votar o hacer alguna pamplina democrática para elegir a nuestros "representantes" que vaya este o esa zorra- digo señalando con la cabeza a Richard primero y a continuación a Xia He.

Una vez dicho eso, decido poner las manos en mi nuca y apoyarme lo más cómodamente posible, con el fin de dormir o, simplemente, desconectar un poco.

**Thobari Ryo** Jue Jun 06, 2013 11:36 pm

De nuevo la voz da una breve explicación y Richard mira al techo con el ceño ligeramente fruncido. ¿Monstruos? El hombre no tenía ni idea de a qué se refería con algo así ya que él no se veía como ningún monstruo. Miró a sus ahora compañeros con cierta desconfianza, sobre todo a Matthew y a la chica de las pastillas. Su atención se volvió a centrar en Matthew cuando replicó a la cámara reafirmándose como "monstruo" y entornó los ojos. Su actitud era la que más le intrigaba y el estar tan seguro de ir con el chico rechoncho no dejó de atraer su curiosidad.

Volvió a centrarse en las palabras de la voz. Grupos y líderes, le parecía algo de esperar, pero tenía la idea de que tuviesen más tiempo para tomar una determinación como esa. Ese tipo de cosas acababan surgiendo por propia inercia del grupo. La gente necesitaba mentes fuertes sobre las que depositar su confianza y sus decisiones. La responsabilidad. Miró de nuevo a su alrededor y todos se le antojaban sumamente jóvenes. Matthew, a pesar de que sentía cierta camaradería por ser los únicos de su edad, no era un tipo que le aportase confianza suficiente. Se lo imaginó como un líder sectario volviendo locos a los desesperados con la violencia. Además se dio cuenta de que el hombre lo había anotado como candidato y abrió un momento los ojos, momentáneamente sorprendido. Esperaba más bravuconería por su parte.

La chica que parecía más decidida era Xia He, quien había tomado la voz cantante momentos antes. Se fijó en ella: Era joven, asiática, menuda, pero segura y eso también le intrigaba o inquietaba. Su actitud, además de segura le había parecido en parte caprichosa, o quizá él la había escuchado así de forma inconsciente por su edad. Como fuese, no le daba la confianza suficiente. Quizá ninguno de los presentes se la daba realmente. Temía, en cierto modo, que el chico japonés diese problemas a ese respecto, pues era el segundo bravucón que esperaba. Marlene quedaba totalmente descartada de sus planes, Kota era demasiado asustadizo y Evans parecía querer permanecer ajena a responsabilidades.

Centró su atención en la chica que acababa de despertarse. Era una chica joven y guapa que le pareció bastante carismática, pero su dificultad con el idioma le restó algunos puntos. Sin embargo, era en la que más confianza tenía a ese respecto. Suspiró para sí.

—Solo diré que, sintiéndolo mucho, no voy a dejar mis decisiones en manos de ningún chaval desairado —Dijo muy serio, mirando a su alrededor para dar a entender que se refería tanto a chicos como a chicas.

Ahora debía plantearse lo del grupo. Una parte de él le decía que se juntase con Matthew y Kota, casi como una alerta de vigilancia por la actitud del hombre con el chiquillo. Pero por otra parte, quizá los grupos quedarían descompensados y necesitaba tener a alguien con quien poder hablar calmadamente. Tomó aire.

—Bien, creo que me uniré a ambos —Dijo mirando a Matthew. Pero su vista rápidamente cambió —Y me gustaría que la señorita nos acompañase —Indicó señalando a la chica rubia que acababa de despertarse.

Nehiyr Vie Jun 07, 2013 4:07 pm

De nuevo, aquella inquietante voz llenó el ambiente, presentándolos, insultándolos, declarando abiertamente que estaba jugando con ellos. Tragó saliva, abrumado. No podía. No podía ser cierto. Notó cómo comenzaba a hiperventilar, y se llevó una mano a la frente, mareado.

Ni siquiera se veía capaz de asimilar bien la información. Las voces iban y venía, pero parecía rebotar al llegar a su cerebro, incapaz de asimilarlas. Volvió a la realidad de golpe, cuando una autoritaria voz se dirigió a él. Quieto en el sitio, se quedó mirando embobado a Matthiew, incapaz de dar un significado claro a lo que acababa de decir.

No tardó mucho en entender qué estaba pasando, sobre todo después de las palabras de las palabras del otro de mayor edad. Sintió cómo un sudor frío lo invadía al entender qué estaba pasando, y la tranquilidad con la que ambos hombres afirmaron la situación no hizo sino aumentar su pánico. Inconscientemente, retrocedió un par de pasos.

-¡No! -gritó, de pronto, casi interrumpiendo la conversación de los otros-. ¡No! ¡No iré en ese grupo! ¡Iré con los otros!

No quería poner a nadie en su contra, pero el miedo lo invadía sin remedio. Temblando, retrocedió un tercer paso, mirando a los dos hombres con absoluta desconfianza. No se fiaba de nadie, pero menos aún de aquel al que había llamado la atención. A saber qué podía hacerle en cuanto se diera la vuelta... No, de ninguna manera. Iría con cualquiera con tal de no ir con aquel hombre.

Matthiew Vie Jun 07, 2013 4:41 pm

Me levanto y le doy una palmada en la espalda de complicidad a Richard. - Muy bien compañero. -digo con una enorme y gratificante sonrisa. Realmente me cae bien este tipo.
Sin embargo, me quedo muy quieto al escuchar las palabras de Kota. Crispo el cuello y el silencio se hace. Noto cómo parece que el aire que respiro se vuelve más denso.
Camino lentamente hacia él y, sin dejarle escapar, le agarro con una mano y aprieto sus mofletes con una fuerza atroz, mientras que con la otra me saco las gafas de sol para poder atravesarlo con la mirada con más facilidad. Tengo las aletas de la nariz separadas y respiro lenta y fuertemente.
-...-me mojo los labios- Bien...- digo con la voz grave y rasgada por la gravedad de su tono.- Pero no te quejes si luego tengo que deshacerme de ti- le susurro con asco.- Si crees que estarás mejor en ese grupo de tolais, vete con ellos- digo lanzándolo con fuerza hacia un lado, soltándole la cara con desprecio. Aquello me ha molestado. No quiero ni pretendo hacerle nada.- Esto es precisamente lo que quiere ese- dijo señalando a la cámara. Venga, júzgame, pequeño Kota. Judgadme todos.- digo con una enorme y pérfida sonrisa, abriendo los brazos en cruz, para luego negar con la cabeza y sonreír de nuevo, mascullando un "en fin".
Me acerco a la rumana, rusa o lo que sea aquella tía y me acuclillo a su lado. - Eh, tú. ¿Ya estás bien?- digo rebuscando algo en mi mochila, pero sin encontrar nada de valor para ayudarle. Me da pena. La pobre aún por encima de no controlar el idioma, parece la más perdida y, aún por encima, le ha tocado conmigo. Río internamente. - Ea, pues levanta y vente con nosotros. Aquel es Richard y yo Matthiew. Serás nuestra compañera. Aunque viendo como están las cosas, quizás quieras irte con los mocosos. Si eres lista, no lo harás. Ya sabes, la pubertad es muy mala...- dijo viéndole las tetas descaradamente.

- Venga joder. - digo al ver la parsimonia de los demás, haciendo un gesto con la mano. Dividámonos de una vez. Aunque sea para tener al gilipollas ese contento y al salir, deshacemos esta puta pantomima de los grupos y nos largamos todos juntos. - digo molesto. Grupos, grupos... ¡ja! y una polla como una olla...
-Y como este cabrón me toque mucho más los huevos con sus tonterías y jueguecitos, me subiré al techo y arrancaré las cámaras con mis propias manos y, si tengo que tirar una puerta abajo, por muy de metal que sea, lo haré.- digo ya molesto. - Así que dividíos de una vez, aunque sea al azar. Yo no pienso mantener ningún tipo de división en cuanto salga de aquí. - les digo a todos. Eso es lo que él quiere y a mí no me da la gana de cumplirle los caprichos. Digámosle sí, como a los tontos.

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