Dark Damnation
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Paraíso abandonado.

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Mensaje  Sheegariel Miér Oct 21, 2009 12:06 am

Esta es una historia corta que escribí hoy en un omento de inspiración. Espero que os guste.


Paraíso abandonado.



A veces, cuando el sol todavía no se ha puesto, siento la necesidad de ir a ver la gran casa abandonada en la que aquel día nos vimos por primera vez. Mientras camino por las calles, evitando pisar las finas líneas que separan las baldosas del suelo, me siento como si estuvieras caminando junto a mí, riéndote de mi supersticioso comportamiento.

Cuando las nubes empañan el cielo amenzando con dejar caer su carga, casi puedo imaginarte mirándolas y gritándoles desafiante mientras abres tus brazos sin miedo a recibir el agua que transportan. Parecías burlarte de ellas con un “¡Estoy aquí! ¡No os temo!”. Cuando, al contrario, era el sol el que trataba de atemorizarte con sus ardientes rayos, me mirabas sonriente, sin echarte atrás, y me tendías una mano para incitarme a salir de la sombra en la que yo me resguardaba. Siempre pensé que ni el calor más abrasador ni la lluvia más intensa lograrían detenerte mientras desearas avanzar.

En ocasiones, cuando desando el camino que tantos días recorrimos juntos, parece que oigo tus pasos a mi espalda, procurando, en vano, no ser oídos. Espero unos segundos a que tus manos cubran mis ojos preguntando “¿Quién soy?” como hacían siempre que, de alguna forma, me veías pasar por casualidad. Espero y espero, sabiendo que realmente ya no va a suceder. Luego me giro, pues puede que ahora te asuste acercarte y prefieras, simplemente, observarme desde atrás mientras me alejo, pero jamás estás ahí.

No tardo ni un cuarto de hora en llegar a la gran casa abandonada en la que nos conocimos, y a la que regresamos cientos de veces más tarde. Sus altas paredes recubiertas por placas de madera que han pasado de grises a blancas con el transcurrir de los años, parecen cernirse sobre mí como en aquel entonces. Sus cristales, sucios y, algunos de ellos, rotos, me miran desde lo alto, como si fueran ojos ancianos que han perdido su brillo, pero que todavía resultan imponentes. La puerta de la casa, rota en dos, invita a pasar y, de la misma forma, ahuyenta a todo el que se acerca. Parece estar burlándose, con una partida sonrisa, de los que desean penetrar en la morada pero temen a lo que en ella se encuentra. Sin embargo, ni la fantasmagórica imagen de la casa, ni las altas rejas que rodean el perímetro del jardín mal recortado, cuyas plantas y hierbajos se asemejan a la flora de un salvaje bosque perdido en el medio de la nada, parecieron hacerte desistir el día que deseaste entrar.

La imagen de tu menudo cuerpo tratando de saltar la valla aún me causa miedo ahora. Temiendo tu caída, me apresuré a acercarme e intentar disuadirte de tu decisión. Casi podía ver tu cuerpo en el suelo, herido por los más de dos metros de caída, y así te lo hice saber, pero tan sólo reíste. Saltaste al otro lado, abriste la puerta de la verja y me invitaste a entrar también, pese a no conocer mi nombre siquiera. Aquella fue la primera de tantas otras veces que nos reunimos en aquel lugar.
Al principio simplemente te miraba desde un rincón, temiendo por tu seguridad, observando cada una de las peligrosas hazañas que tu falta de temor te impulsaba a realizar. Poco a poco me alejé de esa esquina y ambos comenzamos a explorar la casa. Sus dos pisos apenas tenían algo más que muebles viejos y telarañas que colgaban del techo, pero tú te encargabas de dar a todo un toque mágico que me hacía ver las cosas con otros ojos.
El día que descubrí el desván me felicitaste por primera vez y ambos subimos a la oscura y polvorienta sala donde, bajo cada sábana vieja se podía ocultar cualquier clase de objeto interesante o misterioso. Tus gritos de sorpresa se escuchaban cada pocos segundos, mientras yo no alcanzaba a ver más que objetos cotidianos y pasados de moda.

Ahora, al entrar en el envejecido desván,el eco de tu cálida y agradable risa sólo resuena en mi memoria, aunque su nitidez llega a hacerme pensar que tu silueta se oculta tras la sucia y raída cortina que evita que la luz se cuele por la única gran ventana, pese a que todo indica a que no es así.
A un lado, en el único lugar en el que el espacio bastaba para colocarlo, todavía se encuentra el colchón sobre el que mirábamos las viejas fotografías que encontraste en un baúl. De aquella, el colchón era el único elemento del desván que la suciedad no alcanzaba a tapar, pues nos encargábamos de impedirlo cada día, nada más llegar. Ahora, sin embargo, la capa de polvo que lo cubre lo hace camuflarse con el resto de los muebles, como si ninguno de ellos hubiera sido utilizado jamás.

Cuando toda la casa, desde la oscura y fría cocina hasta el desordenado salón, había sido totalmente descubierta por ti, me sorprendiste mutando de pronto tu actitud jovial por una intrigante y profunda mirada. A partir de ese momento, dedicaste las tardes, anteriormente usadas para ir descubriendo la casa, para, poco a poco, descubrirme a mí.
Me sorprendió que alguien como tú, que sólo se interesaba en aquello que pareciera intrigante y misterioso, se hubiera sentido atraída por alguien como yo, mas no tuve queja alguna. De todos modos, la forma de encontrarnos cada tarde y de despedirnos cuando la noche era casi tan oscura como el interior de la morada no cambió. Alteré el resto de mi mundo para poder ceñirme a esa rutina, pues desde el momento en el que cruzaste la valla de la casa por primera vez, me intrigaste, y desde entonces no hubiera podido alejarme de ti.

Cuando regreso a esa casa, lo hago siempre a la hora que acordamos, deseando encontrarte en alguno de los rincones, agazapada, esperando a que me despiste para asustarme y saltar sobre mí. Sé que es imposible que te encuentres ahí, pero de todas formas recorro cada uno de los pisos y me detengo cada centímetro mientras los recuerdos invaden mi corazón y mi mente. Sé que no regresarás jamás a ese lugar. Sé que jamás volveré a verte.

De la misma forma que me rijo por nuestro horario al ir a visitar de nuevo la casa, también lo hago al salir. Todas las acciones que realizo están influenciadas por tu recuerdo. Pese a que no es posible, siempre tengo la esperanza de que me observes tras la valla, esperando a que, como cada día al anochecer, atraviese la puerta y la cierre, dejando nuestro paraíso alejado de aquellos que no se atreven a saltar la verja para abrir de nuevo sus puertas.

Incluso al sentir que mi silueta se funde con la noche, mantengo la esperanza de volver a verte. Tal vez alguna vez decidas regresar a aquel lugar al que sigo atado. Aunque sólo pudiera verte una vez más, bastaría para despedirme, para pedirte perdón por abandonarte y para mostrar mi arrepentimiento.

En nuestro último encuentro, llovía, como si el cielo supiera lo que iba a suceder. Aunque era la hora de siempre, la hora acordada, la noche ya había caído, tratando de avisarnos de que regresáramos de nuevo anuestros hogares, pero siempre has sido muy cabezota y te negaste. Tal vez fue mi inseguridad la que nos separó, pero, al igual que el el día en el que la vieja casa nos abrió sus puertas por primera vez, imaginé tu cuerpo herido en el suelo antes de que tocaras el oxidado metal. Temía perderte y, ese día, por primera vez, impedí que subieras, ofreciéndome yo mismo.
Esa tarde la lluvia acompañó tu llanto mientras las viejas ventanas de la casa, observando desde lo alto, parecían burlarse de tu dolor. Mi sangre se mezcló con el agua y la noche parecía más oscura por momentos. Te pedí que no lloraras. Te supliqué que sonrieras. Con mi última fuerza, acaricié tu mejilla. Jamás fui capaz de pronunciar un “te quiero”.

De todas formas, aunque, simplemente, ya no exista; cada día regresaré, con la misma ilusión que el primero, esperando ver tu ágil y menudo cuerpo trepar con facilidad por la verja, sonriéndome a través de los barrotes e invitándome a pasar de nuevo.



Eso es ... Se aceptan opiniones y críticas de todo tipo.


Última edición por Sheegariel el Jue Oct 22, 2009 10:25 pm, editado 1 vez
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Mensaje  Thobari Ryo Jue Oct 22, 2009 10:02 pm

...me encantooooooo! ;_; Es taaaan genial, con un final taaan genial ;_;
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Mensaje  Dekiru Dom Oct 25, 2009 11:47 pm

Me gustó mucho ... Me gustan las descripciones ... Me imagino que estoy en el lugar ... Y casi puedo ver todo lo que él cuenta, en serio ... Me gusta T-T
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Mensaje  Gray Dom Nov 01, 2009 4:04 am

Bueno, yo ya te dije por msn que me gustó. Me gustan mucho las historias donde aparecen casas (no en vano, tengo, o tenía, antes de que formateasen el ordenador; bastantes historias con casas de fondo xD).
El final, bueno, ni tú te esperabas eso así que xDD.
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Mensaje  Mokona Miér Abr 21, 2010 7:51 pm

Perdón por comentar tan tarde, pero ya sabes, me hablaste hoy de esta historia. Y he de decir que me ha gustado mucho, aunque suene muy tópico. Lo que pasa es que para que yo diga que un texto es bueno, tiene que serlo de verdad, ya que yo en estos temas soy muy exquisita xD Y ya sabes que yo prácticamente no leo, así que más razón para creerme Wink
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