Elincia Vs Canon [Partida]

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Lo observo curiosa y, cuando despierta por completo, río.

- He visto despertar a muchos hombres, pero ninguno como tú...

Pronto me percato de el error obvio de mi comentario y, tensa, le doy la espalda. No es bueno relajarse y hablar de trabajo con los amigos.

Me pongo en pie, por lo que mis piernas quedan al descubierto casi por completo, debido a la falta de pantalones. Bajo la cabeza, molesta conmigo misma, tratando de pensar en algo que hacer para desviar el tema.

- ¿Dónde habrán ido los otros dos...?

Mizuko - Posada Mapache - 8:03 A.M.

Ignoré los comentarios de Uraiy decidí hacer lo que más deseaba, ir en busca de Lenz. Así que me acicalé un poco.

- Urai, yo voy saliendo - tras decir eso, salí corriendo en dirección al punto dónde nos habíamos separado.

Lenz - Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Corto mi teatrillo en cuanto lo escucho reír y río también. Aunque parece que acaba de molestarse. "He visto despertar a muchos hombres" Recuerdo el encontronazo con aquel tipejo en la taberna y algunos de los comentarios que me venía diciendo. La miro de reojo y veo como se levanta mientras me siento con las piernas cruzadas en la cama. Olvidando por un momento su tensión, alzo una ceja y sonrio de medio lado mientras la examino de abajo arriba. Nunca abria dicho antes que esa camiseta le quedase tan bien...Me aventuré a agachar ligeramente la cabeza para tener una mejor visión de su trasero. Un escalofrío me recorrió por unos instantes y entonces su pregunta hizo volver a mi cabeza a su posición natural. Crucée los brazos ¿a quié le importaban los otros dos? Si total estaba con ella y con Tzabcan...Tzabcan ¿dónde estaba? Busqué con la mirada y la encontré en la misma estantería. "Siempre tan activa,¿eh?" Me puse en pie, tras Leah, la sospecha empezaba a convertirse en impertinencia...

- Leah, eso de los hombres...No es porque hayas tenido amoríos,¿no?- No quería seguir pensando cosas extrañas, esperaba obtener una respuesta o un sopapo al menos.

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Esbocé una sonrisa y me desperecé estirando los brazos, por lo que mi camiseta subió hasta mi cadera, dejando mi mitad inferior con la ropa interior como única protección frente a ojos ajenos (violeta, por cierto). Luego me volví hacia el canoniense y negué.

- Ni un solo amorío, que yo recuerde...-. Ensanché una sonrisa, tal vez algo cínica, antes de continuar-. Tampoco me enorgullezco de ello...

Enarqué una ceja y di un paso hacia él. Me retiré un mechón de pelo de la cara.

- Siento que la realidad sea tan desagradable, Lenz.

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

En cuanto se estiró mis hormonas se apoderaron de mi vista nuevamente para dirigirla a su trasero, ahora más al alcance de la realidad y más lejano a mi imaginación. Levanté de nuevo la vista en cuanto se dio la vuelta para mirarla mientras se acercaba. Permanecí serio o intrigado mientras hablaba y se acercaba. En cuanto terminó, sonreí de medio lado con tranquilidad, como si huviese estado esperando algo peor.

- Bien, así me haré una idea de a qué nivel debo poner el listón- Comenté jocoso, hablar con Leah siempre era estimulante.- No creas que por intentar darme largas contándome tu vida te vas a librar de tenerme encima-. Rematé, ampliando la media sonrisa.

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

- ¿Tenerte encima?

Mi sonrisa se ensancho al no descubrir ninguna mirada de menosprecio o de asco en él. Enarqué una ceja sogerentemente.

- Me encantaría probar eso...

Luego solté una carcajada clara y limpia, divertida por la situación.

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Sonreí y la miré extrañado por su carcajada.- ¡Pero no te rías! ¿Es que desconfías de mi capacidad?- La agarré por un brazo y la traje hacia a mí.- Mírame bien, porque seré el tipo que te dará la mejor experiencia de tu vida-. Me separé, empezando algo similar a un baile sin música, e hice que quedáramos unidos por las manos del brazo derecho manteniéndolos estirados.- Algo sublime, inalcanzable con otros...- Levanté y giré el brazo para hacerla dar una vuelta.- Extasioso, magnífico, ¡sublime!-. Tiré de su brazo para hacer que se enroscase y quedase contra mí de espaldas.- ...Y entonces no podrás hacer nada más que repetir y repetir...- Susurré a su oído con una sonrisa maliciosa. La desenrollé de nuevo.- Aún no tienes idea de lo que es pasar una noche buena, muñeca-. Tiré nuevamente de ella, pero esta vez para agarrar su cintura y hacer que arquease la espalda sobre mi brazo izquierdo, quedando yo algo encorbado sobre ella.- Reinas, brujas y bailarinas me han aclamado...- susurré de nuevo.- Pero las palabras, a menudo suenan vacías sin...- Me acerqué a su cara con intención de besarla pero, a pocos centímetros de ella, sonreí y nos hice erguirnos de nuevo para soltarla.

- Pero es cierto, tenemos que buscar a los otros dos-. Sonreí dándole la espalda.

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Le sigo el juego cuando comienza una especie de baile, dejándome guiar por sus movimientos y acomodando mis pasos a los suyos, sonriendo divertida. En principio simplemente jugamos, pero sus palabras... De alguna forma no son las palabras que otros me dicen. Los clientes nunca piensan en mí, sino en ellos.

"Pero las palabras a menudo suenan vacías sin..."

Con los clientes nunca hay besos. Es, además de mi nombre, una de las cosas que he conservado durante mis años oscuros. Es algo que no les ofrezco como posible.

"Pero las palabras a menudo suenan vacías sin..." "Las palabras..." "Vacías..."

Mi sonrisa desaparece cuando siento su aliento sobre mis labios. Entonces él nos hace estar de nuevo erguidos y mi cabeza regresa a la normalidad. Algo aturdida, dibujo una sonrisa.

- Cabrón... - murmuro casi sin pensarlo, pues de haberlo hecho no lo hubiera pronunciado en voz alta.

Percatándome del estropicio que puede causar mi palabra si la interpreta correctamente, miro a mi alrededor.

- ¿Dónde dejé mi pantalón?

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Reí por lo bajo cuando la escuché insultarme y me puse la camisa.

- Te respondería si ayer te los huviese quitado yo-. Comenté con tono infatil mientras recojía algunas de las piedrecillas de la cama. Si había algo curioso en el ambiente, mi bolsa siempre estaba libre.- Alargué la mano para hacer trepar a Tzabcan por ella. Una vez trepó y se introdujo en mi ropa me fui por mi chaquetón y mi arma. Cuando lo tuve todo listo miré como Leah al fin había encontrado su ropa y estaba en proceso de ponerse la segunda pierna del pantalón. Sonreí y me acerqué de nuevo por detrás, agarrando su estómago con mi brazo izquierdo y acercando mi cara la suya sobre su hombro derecho.

- Tienes razón, pueden esperar-. Sonreí y, rápidamente, agarré su mentó con cuidado, haciéndola girar y alzar la cabeza para besarla con cariño. Después de unos segundos abrí los ojos y la solté, al tiempo que se escuchaba la cola de Tzabcan siseando violentamente.

- Le diré a la señora que nos vamos-. Informé, saliendo de la habitación hacia la recepción.

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Creyendo que había dejado de jugar, me decidí a terminar de vestirme. En ello estaba cuando noté que su mano me atraía hacia él y luego, tras girarme el rostro, me besaba.

No cerré los ojos, sorprendida por el gesto, aunque tampoco los abrí en exceso. Cuando se separó de mí, esbocé una sonrisa pícara y pasé la lengua por mi labio inferior.

No hice ningún gesto al escuchar sus palabras y, en cuanto se volvió, me llevé dos dedos a la boca. Había sido extraño, de algún modo. Respiré hondo.

Tal vez no era tan cabrón como el resto, después de todo. Lo seguí, pero no crucé la puerta. Yo no le gustaba a la señora. No salfría hasta que él hubiera hablado con ella.

Urai y Dillita

Cuando Mizuko desaparecio me di cuenta de que lo que tenia de lista no le cundia nada... pero nada de nada...

- Urai... ¿no crees que si sale la estara buscando toda la guardia cannoniense? - le pregunte algo preocupada
- Pues si, pero yo paso de ir a buscarla. Se llevo sus armas, no?, pues que le vaya bien - dije tirandome de espaldas en la cama
- Urai, ¿para eso me hiciste correr? - le repuse algo indignada
- Bueno, no sabia que era medio tonta tonta entera, y ademas, mejor asi, ahora solo toca irse cuando quieras

En el fondo ago preocupado estaba, pero si la vuelven a pillar que corra Lenz media puta ciudad en siguiendo un puto carro en el cual un loco psicopata se lo pasaba en grande mientras corres detras echando el corazon por la boca... dios, creo que voy a dormir un poco mas...

Katia - Posada Mapache - 8:00 A.M.

Algo doloroso me alejó del enorme mapache que me perseguía. Acompañados de un pequeño quejido, mis ojos se abrieron, mostrandome así la habitación donde me alojaba. No era mi cuarto, eso era obvio, y una chica y una bola de pelo estaban frente a mí. Parpadeé confusa varias veces, hasta que el recuerdo del día de ayer apareció en mi mente. Jinger Mina y Mol, la guarda canoniense de ayer y el monstruo peludo de ayer, me había llevado con ellos a esa habitación.

Me froté los ojos con las manos.

- ¿Qué hora es? - murmuré cansada.

Tenía sueño, y hambre. ¿Qué hora sería? ¿Me llevarían a casa? ¿Podría comer algo antes de irme a casa?

Suspiré.

Odiaba despertarme.

Jinger Mina - Posada Mapache - 8:00

Katia se despertó, la muy inocente parecía un Macska (gato) asustado que quería escapar de los brazos de una gorda y furcia dueña.

- ¡Buenos días, cariño! - Saludé sonriente a la monísima pero atractiva niñita que tenía ante mis ojos.

- Son las... ¡Bah! ¡Qué importa! ¡Sólo sé que tengo preparado un manjar para ti! - Grité entusiasta.

- Pero tendrás que bajar abajo... - Añadí con mi contínua y segura sonrisa.

Sólo tenía que esperar a que Katia bajase con nosotros y tomar el desayuno.

Lenz ,Leah y Nike - Posada Carroñero - 8:10

Lenz y Leah coqueteaban en su cuarto, pero se dieron cuenta de que tenían que irse, así que, tras besar a Leah, Lenz se marchó de la posada, y poco después, Leah también, ocultando sus rasgos elincios. Nike se marchó un poco más tarde incorporándose a la pareja.

Su lugar de destino era la plaza dónde su grupo se había separado, pero aún no habían llegado.

Mizuko - Plaza del pueblo - 8:10

Mizuko esperaba intranquila por Lenz, Leah, Urai, Dillita y Nike. Estaba de pie, ocultando sus chakrams en la espalda.

Urai y Dillita - Posada mapache - 8:10

Urai y Dillita, tras asearse, decidieron ir en busca de Mizuko a la plaza del pueblo debido a la preocupación de Urai por la inconsciente joven Mizuko. Una vez llegaron se incorporaron a su grupo.

Jinger Mina, Mol y Katia - Posada Mapache - 8:10

Los tres bajaron a tomar un buen desayuno con elección a sus gustos: pan, leche, miel, harina de trigo para poder hacer papas y huevos de Csirke (gallina) revueltos.

Cadauno eligió su menú y de seguido salieron a la calle, abandonando la posada Mapache.

FdR: ¡IMPORTANTE! Se ha actualizado la lista de hechizos, echadle un vistazo.

Urai

Al llegar a la plaza nos ocultamos entre las sombras de los soportales vigilando la plaza y a Mizuko, no pienso ponerme en medio y medio de territorio enemigo al lado de una chica a la que un sadico quiere ver muerta... asi que paso de acercarme... simplemente vigilare desde aqui...

Dillita

Entiendo el comportamiento de Urai... solo espero no acabar entre rejas... o peor aun, muerta, por culpa de gente que acabo de conocer... lo nuestro es un equipo de dos...

FdR.- ¿quien ha dicho que estuviese preocupado?

Mizuko - Plaza del pueblo - 8:10

Esperaba entusiasta por Lenz. ¿Dónde se habría metido con esa Leah? No estaba segura de mis sentimientos en ese momento, pero creo que tenía celos.

Me dirigí a una "cafetería" dónde pedí leche y un poco de pan con miel, sólo costaba un nucklus el menú, así que podía permitírmelo.

Me senté y pose mis chakrams y el arco con el carcajj y las flechas de Leah en is piernas, por la parte del cuádriceps. Giré mi cabeza a ver si akguien había llegado, pero nada... Que aburrimiento.

Lenz - Plaza del pueblo - 8:10

Bostecé ampliamente y me estiré mientras seguíamos andando. Eso de despertarnos tan temprano después de la noche que pasamos era un poco coñazo. Al final dejé las manos unidas detrás de la cabeza.

- Vale que tengamos que juntarnos de nuevo pero, ¿tiene que ser tan temprano? Dudo que incluso los guardas madruguen tanto...Ains...- Comenté a los dos que tenía a los lados viendo que la conversación no parecía muy movida. Realmente podía cmerme mis malestares, pero a veces era más divertido quejarse un poco.

Llegamos a la plaza y me planté en medio de brazos cruzados. Bien...Bien...Bien...Tzabcan recorría mi tronco haciéndome alo de cosquillas. Sonaron mis tripas.

- ...Tengo hambre, ¿dónde están esos dos?- Comenté algo molesto mientras miaba a mi alrededor.