Elincia Vs Canon [Partida]

Urai

-Bueno, ahora que nos hemos gastado toda la pasta, que prefieres que hagamos - le dije a Mizuco - Robo algo de pasta y nos vamos a tomar algo, ¿ o simplemente nos vamos a la plaza a aburrirnos ?

Katia-Posada Mapache

Ordenes del jefe supremo, repetí para mí mientras Jinger Mina se metía en cama con aquel enorme mapache: Mol. El animal, además de ser inmenso, también era suave y peludo o, al menos, eso había dicho Jinger Mina. Yo no lo había tocado ni tenía intenciones de hacerlo a no ser que fuera explicitamente necesario. El hecho de parecerse a una enorme bola de pelo no quitaba su enorme tamaño con el que seguro que podía aplastarme.

Jinger Mina no tardó demasiado en dormirse. A pesar de que me "había mandado para cama", me quedé de pie, observandola junto a su mapache. No sabía muy bien qué hacer. Durante unos instantes, la idea de alejarme de esa chica y su bola de pelo andante me resultó extrañamente tentadora, pero mi brazo derecho no tardó en transportarme de nuevo al mundo. No podía alejarme de ella con el brazo así. No sólo me dolía, sino que seguía sin poder moverlo con demasiada facilidad. Me llevé el otro brazo al hombro y lo palpé con suavidad. Había tenido suerte de que Jinger Mina hubiese aparecido. Si me hubiese enfrentado a aquel mestizo, probablemente habría acabado mucho peor.

- Duele ... -susurré. El hombro me dolía y yo no sabía cómo hacer que dejase de dolerme. ¿Sabría Jinger Mina cómo curarlo? Sí, seguro que sabe, me dije mientras la observaba dormir.

Dormir ... Debía dormir, pero antes tenía que buscar un sitio. Miré a mi alrededor. ¿Dónde iba a poder dormir? Desde luego, cuánto más lejos de esa enorme bola de pelo mejor. ¿Y si rodaba por la noche? ¿Podría aplastarme? Negué con la cabeza. Sólo era un mapache, no tenía porqué ponerme nerviosa por convivir con un mapache. Además, no iba a estar mucho tiempo con ellos ... Al menos en teoría. Mañana me iría a casa y, tal vez, iría a ver a Sebastian ... Sebastian ... ¿cómo estaría? ¿Le habría pasado algo? ¿Habría conseguido llegar a dónde fuese sin sufrir ningún problema? ¿Le habría aplastado una bola de pelo enorme y marrón? Negué con fuerza. ¡Eso era ridiculo! Las bolas de pelo no aplastan, me repetí, sólo ruedan. Bufé. Esa bola de pelo me ponía nerviosa. Para empezar, ¿cómo demonios podía ser tan grande? Era ilógico que un mapache fuese tan grande. Por mucho que comiese, un mapache no podía llegar a su tamaño ... Suspiré. Esas ideas estúpidas que afloraban en mi mente seguro que eran culpa de la falta de sueño.

- Seguro que es eso ...

Sin hacer ruído, me desvestí con cuidado, para no hacerme daño en el hombro. Luego, miré a mi alrededor.

- ¿Qué hago? -pregunté, como si esperase que el silencio me respondiese.

Obviamente, no obtuve respuesta y la habitación siguió tan callada como antes de que hiciese la pregunta. Puedo preguntárselo a Jinger Mina, pensé. Con un poco de suerte, me diría dónde podía dormir y no se enfadaría por despertarla.

Con cuidado, me acerqué hasta la cama donde descansaba. Coloqué mi mano sobre su hombro y, con suavidad, lo zarandeé ligeramente.

- Jinger Mina ... ¿dónde duermo? -inquirí.

Mizuko - Pueblo

Urai me invitó a algo, pero para eso tendría que robar.

- No vamos a robar, va contra la ley. - Dije intentando evitar que lo hiciera.

- Aún no has gastado nada, ¿para que robar más dinero? - Le pregunté para convencerlo completamente de que no robara.

Jinger Mina - Posada Mapache

Noté como me zarandeaban y abrí los ojos bruscamente, cuando me dí cuenta de que la zarandeadora era Katia. La miré mal.

- Me has despertado... . - Dije levantándome desnuda y poniéndome de pie encima de Mol sin despertarlo.

- Tienes que tener una buena razón. - Añadí.

FdR: ME encanta tu post, Gray

Urai

- Tu crees que me importa la ley - dije sorprendido - no respeto las leyes del mundo en el que vivo voy a respetar las de este - me rei. - bueno, por ser tu no robare nada - dije mientras entraba en una cafeteria y me sentaba - ¿que quieres tomar?

Mizuko - Cafetería

Me senté en un asiento al lado de Urai y me ofreció algo.

- Un zumo... de cualquier fruta. - Dije sonriente por la invitación.

Urai

-Camarero - dije chasquenado los dedos - dos zumos de frutas frescas y comida. Bueno Mizuko - dije mirandola - ¿que tal llevas lo de estar en Cannon?

Mizuko - Cafetería

Me preguntó que tal estaba en Canon

- Bueno... hemos vivido muchas aventuras y ni hemos estado un día. - Respondí sinceramente.

- Me han secuestrado y he peleado, y eso en menos de 4 horas. Pero, por lo menos, sé que puedo confiar en vosotros, y eso me alegra. - Admití sonriente.

Nike - Pueblo

Aparecí en un pueblo de Canon bastante vacío y miré a mi alrededor en búsqueda y captura de un lugar en el qué dormir.

- Maldición ... Tengo poco dinero ...

Comencé a caminar por las calles, observando diferentes posadas, deseando encontrar una asequible. Iba a necesitar ingresos a partir de entonces.

Leah

Lenz se acercó a la anciana, tal vez tratando de obtener una rebaja, mientras yo me cruzaba de brazos, frustrada. La guerra tenía demasiadas cosas malas y pocas cosas buenas. Suspiré y miré a mi alrededor. Ese lugar podría servir, pero éramos dos elincias ... Si o lográbamos la rebaja iba a ser complicado dormir en un lugar así.

Esperé paciente a que Lenz hablase, preguntándome qué le había dicho.

Katia-Posada Mapache

Jinger Mina se había enfadado. ¿Me haría algo? ¿Se enfadaría más al decirle que la desperté por no saber dónde dormir? ¿Le mandaría a Moll que me comiese, aplastase o algo similar?

- Ah ... Yo ... ¿Dónde duermo? -balbuceé mientras bajaba la cabeza, avergonzada.

Fdr. Sí, tantos días para poner esta cutrez de post XDD

Urai

¿Solo cuatro horas...?, estoy flipando - dije con cara de sorprendido - pero en fin, eso de que puedes confiar en nosotros es algo muy subjetivo, hay muchas cosas que no sabes de mi o de Di - dije arquenado una ceja con cara interesante.

Posada carroñero

Lenz intentó negociar con la anciana para que le rebajase el precio de establecimiento de Leah ya que le parecía excesivo por ser de otra raza..

Posada Mapache

Katia despertó a Jinger Mina para preguntarle dónde podía dormir. Ésta se cabreo un poco pero sólo le lanzó una mirada malévola.

Cafetería

Mizuko y Urai mantenían una conversación un poco distante mientras tomaban un refrescante zumo.

Pueblo

Nike vagabundeaba por las calles en busca de un lugar dónde dormir para descansa, cuando de repenté se encontró en frente de la "Posada Carroñero".

Señora de la posada (1) - Posada Carroñero

Miré fijamente a la elincia y parecía bastante inofensiva.

- Le rebajo 3 nucklus por ser especialmente atractivó. - Bromée.

- Son 8 en total, díganme sus nombres y ya podrán quedarse a dormir. - Dije mientras cogía una pieza de papel y una pluma con tinta.

Mizuko - Cafetería

Urai me dijo que no debía confiar en ellos ya que no conocía casi nada de su pasado ni su verdadero carácter.

- Quizas tengas razón... Quizás no debo confiar en vosotros - Dije entre sorbos de zumo.

Jinger Mina - Posada Mapache

Seguía cabreada con Katia pero que le iba a hacer... . Miré a una cama situada a mi lado y se la señalé con la mirada.

Lenz - Posada Carroñero

Sonreí a la mujer amablemente.

- No esperaba menos de una dama como es usted, enserio se lo agradezco en el alma. - Cojí su mano y tras acariciarla un par de veces la besé delicadamente.

- Eeehhh nombres...ya...Ehh *cof cof* Yo soy...- Miré a mi alrededor en busca de algo que me diera un nombre, no creía que fuese buena idea decirlos después de las aventuras anteriores. Me paré en los licores que sin duda darían buenos nombres - Eh si, yo soy Gregor Bells y mi amiga se llama Minerva Peach. - Dije los nombres bastante convencido y con una buena sonrisa.

- Las habitaciones son amplias,¿no? Y preferiblemente con balcón. - Quizás pudiesemos meter al resto de ilegales y haciendo un pequeño chachullo. Me giré a Leah para informarle de nuestros nuevos nombres.

- Peachy cariñooo ven con papi Gregor...- Solté estendiendo una mano y guiñando un ojo. Luego me volví a la mujer. - Le gusta más que le llame Peachy, usted sabe...

Leah - Posada Carroñero

Al oír a Lenz, suspiré y sonreí. ¿Peachy? ¿No había un nombre mejor? Personalmente, acostumbraba a usar uno falso, por lo que no me costó saber lo que pretendía y seguirle el juego.

Fui hacia el canoniense y me aferré a su brazo con ensayada sonrisa.

- Oh, Gregor ... A ver si me sigues llamando Peachy por la mañana, querido ~ Vayamos a la habitación, que no puedo esperar ...

Una vez allí ... Me encargaría de averiguar qué demonios le había dicho a la señora de la posada. Si hubiera tenido vergüenza, ahora mismo la hubiera sacado a relucir.

Urai

- Tampoco es que no puedas confiar en nosotros, debes ser darte a conocer pero ten cuidado, no sabes como puede llegar a reaccionar alguna gente, lo que puede llegar a pasar - le dije bastanete serio - si mañana estubiesemos en bandos contrarios yo no dudaria en matar a alguien que no conozco, pero a ti si por que ya se quien eres, ese es el problema de los lazos y las relaciones, nunca sabes como pueden llegar a acabar o como pueden te pueden llagar a influir. Pero ten una cosa por segura, nunca te mentire, bajo ningun concepto.

Katia-Posada Mapache

Jinger Mina parecía molesta, por lo que me apresuré a disculparme.

- Lo siento ...

Luego, dejando la disculpa en el aire, me metí en la cama que había indicado y me cubrí con las mantas.
No recuerdo los pensamientos que tuve antes de dormirme, pero, por una extraña razón, la imagen de ese enorme mapache no se me fue de la cabeza.

Mizuko - Cafetería

Urai me dijo que nunca me mentiría, así que decidí ponerle a prueba para saber que pensaba de mí. Me preocupaba lo que la gente pensaba de mi ser, nunca se sabe si eres buena con los demás...

- ¿Qué piensas de mí? - Le pregunté con miedo de que dijera algo malo o demasiado bueno.

Tras mi cuestión cogí el vaso con el zume y tome otro trago.

Urai

Arquee una ceja al oir su pregunta, chica lista - Creo que eres una chica demasiado "hormonada" por asi decirlo que necesita un cursillo de relajacion, ademas de algo incauta temeraria pero bastanete lista y teniendo en cuenta que llevas chacrams y que no son un arma facil de usar diria que independiente y con una pasado algo violento.

Mizuko - Cafetería

Demasiado... Hormonada... Esas palabras se clavaron en el fondo de mi corazón, resultaban despetivas para mí. De repente, sin saber como, me cabrée. Y no puede evitar hacer una estupidez. Cogí el vaso casi lleno de zumo y, levantándome, vertí su contenido en la cabeza de Urai.

- Te voy a dar a ti chica hormonada... - dije amenzándolo cabreada mientras me iba del local -. Nos vemos en el hotel.

Salí de la cafetería y me dirigí en la dirección a la que se habían ido Lenz y Leah, con paso acelerado intentado que Urai no me alcanzara.

Urai

Me asombre cuando Mizuko me echo el vaso de zumo encima, luego sonrei viendo como se marchaba indignada, tengo que reconocer que no me lo esperaba y añadirle a mi opinion un "decidida e impredecible".
M e levante y me fui sin pagar todo de estrangis y me propuse encontrarla, este no es su pais y dudo mucho que se sepa orientar.
- Bunda a tűz - dije colocandolo encima de mi cabeza para que me secara, un poco cantoso pero me da igual - ¡Mizuko, esperame!, ¡no quería decirlo de esa forma!,... perdón - le susurre al oido alcanzandolafinalizando el hechizo con una expolsion controlada, un buen efecto cuando te dedicas a hacer malabares.

Nike - Pueblo

Vagando sin rumbo en búsqueda de alguna pensión barata me encontré frente a algo llamado "Posada Carroñero". Esperaba que los dueños no fueran unos buitres que robaban hasta la última moneda a los huéspedes.

Tomé aire profundamente, me preparé para cualquier cosa y entré, acercándome a la señora.

- Buenas noches, señora ... Me gustaría saber el precio por noche, si no es molestia - dije procurando ser educado. Tal vez hubiera algún descuento si era caballeroso.


FdR- Siento la tardanza! Estuve de vacasss!

Mizuko - Pueblo

Me paré al escuchar los gritos de Urai.

- ¿No querías decirlo? - Pregunté inocentemente, pensando que todo se iba a arreglar.

Señora de la posada (1) - Posada carroñero

Otro joven entró, pude comprobar que era canoniense, así que no tenía ningún problema.

- Le costará un nucklus - Respondí.

Dirigí mi mirada al otro chico y anoté los nombres.

- La única habitación que complacerá sus deseos es la 9 - dije señalando a la puerta 9.

- Lo único que tiene que hacer ahora es pagar 8 nucklus... y ya podrá hacer todo lo que quiera con su querida - añadí bromeando.

Jinger Mina - Posada Mapache

- Buenas noches - Dije despidiéndome de los presentes.

Mol - Posada Mapache

Me hice una bola y, después de lanzar un bostezo, me dormí.

Pueblo

Mizuko, resentida por las palabras de Urai, salió de la cafetería a paso ligero. Urai, marchándose sin pagar, siguió a Mizuko después de usar un hechizo de fuego para secar su pelo, ahora un poco chamuscado. De seguido, tres matones, procedentes del bar, empezaron a seguir a Urai y a Mizuko, ya que no habían pagado.

Uno de los matones (Matón 1) era un joven rubio, delgado y bastante atractivo, vestía un traje negro por completo, seguramente hecho de piel de lopus. Tenía como arma una espada de metro y medio, hecha de marfil. El segundo (Matón 2), era un hombre musculoso, calvo y con bigote pelirrojo, sus armas eran sus puños, reforzados por un molde de metal. El tercero (Matón 3) era un anciano de unos 70 años, su arma era un bastón de barbolum, que permite realizar magia por más tiempo.

Posada Mapache

Jinger Mina, Katia y Mol, se acostaron en sus respetivas camas - Mol en el suelo- y se durmieron con facilidad, aunque Katia no dejaba de pensar en el enorme mapache, le ponía de los nervios.

Posada carroñero

Nike llegó a la posada y fue atendido por la amable anciana. Lenz y Leah, lograron rebajar el recio de su estancia y sólo les faltaba ingresar el dinero para poder dormir tranquilos en su habitación, la número 9.

FdR: Siento haber tardado tanto en renovar el foro, es que en estas últimas semanas tuve que estudiar mucho, y hacer muchos trabajos.

Lenz - Posada carroñero

Bien, al final la señora nos había dado la habitación, pero pedía el pago por adelantado tsk. "zsjgksdjhgj..." Maldije mentalmente mientras echaba la mano a mis bolsillos y dejaba las monedas en el mostrador.

- Muy amable señora, dígale a su marido que tiene mucha suerte. - Le sonreí ampliamente mientras me hacía con la llave y tomaba rumbo a la habitación.

- Vamos querida Minerva, ya tenemos rinconcito~~ (L) - Dije bastante empalagosamente mientras extendía un brazo hacia ella para rodearla cuando se acercase.

Una vez llegamos a la habitación lo primero que hice fue acercarme rápidamente a la cama y me tiré en ella de espaldas con los brazos abiertos.

- ¡Wow por fin! Pensaba que me iba a pasar la noche dando vueltas...- Tzabcan se escurrió por entre mi camisa y salió a la cama donde se apolló sobre su zona inferior estirando la cabeza y sacando la lengua para saber en donde se encontraba y con quien. Una vez terminó se deslizó por la cama hasta la mesilla y desde la lámpara que había en ella,reptó hasta quedarse en un pequeño estante.

- Al final zafamos bastante, ¿no? - Pregunté a Leah con una ligera risa sin levantarme de la cama. "Necesito un cigarro..." No dejaba de pensar mientras miraba al balcón cerrado, pero parecía estar taaaan lejos de la cama...ains.

Urai

Vi como salian de la tienda tres hombres de aspecto agresivo asi que meti la mano en la bolsa, cogi la pasta necesaria para pagar y añadi una ligera propina, tras tener el dinero necesario se lo arrogé y le cogi la mano a Mizuko para llevarmela a una tienda de ropa para poder perdernos entre ella - Si Mizko, no lo queria decir - le dije con voz tierna - asi que para compensarte te compro lo que quieras - voy a tener que replantearme seriamente mi profesion y que hacer con Mizuko...

Leah - Posada carroñero

Dejé que Lenz hiciera sus tratos con la señora sin borrar mi sonrisa en ningún momento, pero en cuanto entramos en la habitación y la puerta se cerró tras nosotos, enarqué unaceja y me quedé en pie.

- "Podrá hacer todo lo que quiera con su querida" ... - esbocé una sonrisa-. No estoy segura de si quiero saber como te bajó la tarifa mínima ... El problema es que es bastante fácil adivinarlo ...

Me senté a un lado de la cama y miré al frente, pensativa.

- Ya he comentado que se me da mal recordar caras, pero el tío que entró después de nosotros me resultaba familiar ... A saber ...

Dirigí mi mirada a Lenz y sonreí.

- Zafamos, sí ... Pero hay que buscar a los otros tres, si contamos a la ardilla parlante - comenté con desgana-. Estoy cansada ...

Finalmente, imitando a Lenz, me dejé caer boca arriba sobre la cama y aflojé la tensión de mis hombros.

- Vaya mierda de día ... -mascullé.

No me gustaba ser consciente de lo cerca que había tenido a la muerte.