Elincia Vs Canon [Partida]

Lenz - Posada carroñero

Miré a Leah algo extrañado, ¿Se había molestado por el engaño de abajo? Después de escucharla y ver como se tiraba también en la cama, giré la cabeza para mirarla de frente.

- ¿Estás molesta? Hey hwy, lo de abajo fue solo para que la vieja no nos rayase la cabeza porque eres Elinzia, no creas que pienso algo así de ti. - Digo con una sonrisa algo apagada. Me erguí para sentarme en la cama y me rasqué la barbilla.

- El tipo de abajoo...humm...realmente ni siquiera me fijé si había entrado alguien, debía mantener una intensa conexión visual con la señora de abajo. - Reí para mí, haciendo que en mi cara se pintase una sonrisa algo retorcida. Me levanté y me acerqué al balcón para abrirlo y encender un cigarro.

- Oooooh dioooooos seeeeh...- Dije completamente alibiado al dar la primera calada la cual, fue bastante larga, como si quisiera que el humo me envenenase lo más profundamente posible.

- Los otros tres...Cierto, si sfueron a buscar una posada por el lado contrario seguramente estarán al otro lado del pueblo...pprrfff...- Dejé caer gran parte de mi peso sobre la barandilla en símbolo de una gran pereza.

- Baah...supongo que habrán encontrado un sitio decente,no? son personas, saben pensar con lógica...agh...- Me resultaba demasiado cargante salir ahí fuera en busca de ese par de recién conocidos ahora que por fin nos habíamos acomodado. Sorbí un par de lcaladas más y me rasqué la cabeza. Leah estaba molesta e interesada por ese par...al final ibamos a tener que ir..aagh...joder...

Leah - Posada carroñero

En cuanto Lenz se levantó, me arrastré hasta quedarme en el centro de la cama y me acurruqué como si fuera un animalillo buscando calor.

- Mmm ... Estoy cansada ...

Urai, Mizuko y Dillita. Sentía que les debía demasiado en e día de hoy como para pasar de ellos, pero el día me había agotado física y psicológicamente.

Me acurruqué todavía más, sintiendo la propia calidez que mi cuerpo emanaba. Había estado a punto de morir y la adrenalina me había hecho soportarlo, pero ahora que me sentía a salvo volvía a notar la sensación de miedo y agotamiento que me envolvía.

Morir ...

Me giré un poco para observar a Lenz, que fumaba en el balcón. Sonreí.

- Es un lugar de mala muerte, pero al menos la compañía es agradable - reí delicadamente, como me había obligado a aprender a hacer, y sonreí con picardía - ¿no es así?

De alguna forma, trataba de disculparme por haberme mostrado molesta. Simplemente estaba irritada por el día en conjunto, pero no debía pagarlo con los que no tenían la culpa.

Lenz - Posada carroñero

Miré a la nada con el cigarro aun en la boca hasta escuchar las palabras de Leah que me hicieron reír de medio lado. Cuando me incorporé de nuevo noté como una molestia que había sido constante se volvía algo más aguda en ese momento. Miré mi hombro derecho y recordé la peleilla con la retaca. Suspiré y apagué el cigarro, apurando a fondo la última calada, contra la barandilla del balcón. Entré de nuevo a la habitación quitándome con cuidado la chaqueta y tirándola sobre el respaldo de una silla. Me deshice también de la funda de mi querida espada, desabrochándome el cinto de cuero que atravesaba diagonalmente mi pecho. Al apollar el arma contra una mesita es escuchó un pequeño golpe pesado por el tamaño del instrumento. Al fin llego a mi mugrosa camisa y despego con cuidado la parte de la tela que se ha pegado a la herida.

- Precioso. - Digo al acabar y ver la herida semicicatrizada por el hierro hirviendo de la herrería y con algo de pus. Desabroché un par de botones más de mi camisa para sacar el brazo trastocado fuera.

- Supongo que no te molestará. - Sonrío a Leah alzando una ceja para quitarme la camisa completamente.

- Tengo pupa...- Le digo jocoso mientras busco la jarra con agua y el plato de aseo de toda habitación medianamente decente. Empiezo a limpiarme la herida con el agua, abriendo alguna costra que se ha cerrado sobre suciedad para evitar que se infecte. Cuando al fin termino me seco un poco con mi camisa y la tiro a donde caiga. Vuelvo a sentarme en la cama.

- Oohh sii la vida es hermosa.Tsk. - Ironizo mientras muevo el brazo. Heriditas...Tengo el cuerpo lleno de cicatrices y nunca parecen ser suficientes.

- ¡Fíjate! ¡Esta maldita herida afeará mi lustrosa piel! - Bromeo, ya que mi piel aparte de ser dura y áspera en algunas zonas, está totalmente adornada con marcas de "juegos".

Leah - Posada carroñero


Mientras lo veía proceder con sus heridas, suspiré.

- Aunque te lo tomes con tanta calma, creo que será necesario más que un poco de agua para evitar que esa herida acabe en una infección que te cause fiebre ... Que hayas logrado que cicatrice al quemarse no cambiará el hecho de que es peligrosa ...

Suspiré y sonreí, sin ganas de levantarme.

- ¿Crees que tenría clientes a partir de ahora si me hiriesen? - pregunté con voz monótona. Lo importante ahora, más que los clientes, era la propia seguridad.

Miré de nuevo a Lenz.

- Deberías descansar mientras voy a buscar a nuestros amiguitos ... - susurré sin ganas por cumplir mis propias palabras.

Lenz - Posada carroñero

Miré a Leah con curiosidad mientras me estiraba.

- Baahh no creo que me muera por un hombro atravesado, el filo parecía limpio y el fuego todo lo cura. - Sonreí y miré a Tzabcan que se había enrollado sobre la estantería. Después escuché, alzando una ceja, las palabras de Leah que sonaron tan llanas e inexpresivas que me hicieron poner una pequeña mueca, la cual, intenté borrar para tener una expresión imparcial.

- Humm Quien sabe, hay mucho obseso pervertido por ahí suelto al que le ponen esas cosas...Piénsalo, habrá algunos a los que les gusten tus orejas, a otros no, en mi opinión son muy sexys...y no se, seguramente algunos no querrían contratarte porque eres muy poquita cosa. que vamos, yo no digo que seas tan poca cosa, es decir, he estado con mujeres más formadas pero..en fin, solo digo...- Sin darme cuenta había empezado a hablar de carrerilla hilando ideas totalmente desparejadas. Entonces paré unos segudos, moví la cabeza y tomé aire pudiendo escuchar entonces la propisición de la Elinzia.

- ¡Hey! Venga, si estás echa un saco, si vamos a buscarles...asdas...agh...*suspiro* si vamos a buscarles vamos los dos. Además, si lo dices por esto.- Señalé la herida. - sugiero que veas esto. - Sonreí y señalé un tajazo en mi costado izquierdo. - Estuvo sangrando una semana, fue cuidando a Tzabcan. - Sonreí. - Así que señoritinga, como a ambos nos da pereza o nos quedamos o nos vamos, pero los dos.

Leah - Posada carroñero

Sonreí, me puse a cuatro patas sobre el colchón y me acerqué a él con la intención de observar bien su herida.

- Tienes el cuerpo lleno de cicatrices, eh. Tal vez deba tomarte como un hombre conflictivo...

Al llegar a su lado, estiré una mano hacia él y deposite suavemente mis dedos en la quemadura.

- Sana, sana...

Entonces lo miré a los ojos y escuché sus palabras. Cuando habló de mis orejas, no pude evitar sonreír, pues el adjetivo sexy me parecía extraño, pero gracioso; sin embargo, cuando mencionó que yo era "poca cosa", solté una carcajada.

- ¡¿Poca cosa?! - sonreí de lado-. Supongo que es lógico, ¿no? Al fin y al cabo sólo tengo 17. Soy, como quien dice, una niña.

Me acerqué todavía más a él, hasta tener su rostro a escasos centímetros del mío, y ensanché mi sonrisa.

- Así que has estado con mujeres mejor formadas, ¿no es así? Entonces... Lo mejor será que vayamos a buscar a los otros... Ya que, habiendo probado a mujeres maduras, no desearás tener a una poca cosa como la pequeña Leah...

Dejé que mis labios acariciaran los suyos y después retrocedí de nuevo, quedando otra vez a unos centímetros de él. Sonreía pícara y airosa, sacando pecho, como si mi orgullo se inflara cuando ejercía mis encantos.

Leah - Posada carroñero

La sonrisa pícara que había tenido durante el camino volvió a mí al escucharla y estiré un poco el cuello con orgullo.

- Por supuesto que soy un tipo conflictivo nena. - Me agaché un poco al ver como acercaba su mano a mi herida y noté sus dedos algo más fríos debido al acaloramiento de la zona perjudicada de mi piel.

- Oh venga, con 17 se es toda una mujer,¿no es así? - Respondí a su actitud con otra similar, retomando el juego al que siempre recurríamos. Cuando rozó mis labios hice un ademán de mordizco cuando se alejó pero fue tarde para alcanzala.

- Ya te he dicho que no eres tan poca cosa, además...- Cojí su mentón con una mano y la acerqué a mí esperando uno segundos a corta distancia. Entonces, con mi otra mano, le hice cosquillas en un costado para que callese sobre el colchón y arqueé más la espalda para situarme sobre ella, agarrándole las muñecas. - ...Así se te maneja mejor. - Sonreí de medio lado, jactándome de mi superioridad muscular, no de forma despectiva, sino en la forma que convenía para dar intensidad al entretenido reto.

Leah - Posada carroñero

Esbocé una sonrisa, mas mi mirada se ensombreció un instante. ¿Realmente era yo la que ejercía mis encantos sobre los hombres para manipularlos o, simplemente, vendía mi cuerpo y mi dignidad?

- ¿Quién necesita manejar a una prostituta...?

Escupí la palabra como si hablara del ser más ruín del mundo, y no de mí. Era cierto que me dedicaba a robar y a veces hacía trabajillos de camarera o similares, sin acabar ante ningún hombre con libinidosas intenciones, pero, de alguna forma, me era imposible enorgullecerme de lo que había llegado a ser.

Aparté la mirada de él, que estaba sobre mí, avergonzándome de mi posición.

- Con 17 debería ser toda una mujer... Pero para la mayor parte de personas, canonienses o elincias, no llego a eso.

Esbocé una sonrisa amarga.

Leah - Posada carroñero

Borré la sonrisa de la cara al escucharla y la solté pero, en lugar de separarme, apollé la cabeza en su pecho.

- Los animales son seres bastante simples. Ellos se aceptan y conviven sin maldad entre ellos. Se reproducen de forma aleatoria con la pareja que esa temporada ven más productiva; ninguno reprocha a otro sus actitudes pues, ninguno se considera mejor hacerdor. - Dirigí mi vista, ahora perdida, a Tzabcan y luego la volví a la colcha. - Pero la falsa moal de las personas las hace creer que pueden juzgar a aquellos que consideran "peores". - Hice una pausa y escuché sus latidos un rato. - La poca objetividad que nos da la razón, la represión de ese instinto que crean nuestras normas artificiales...todo eso nos impide poder fiarnos de la opinión del prógimo. - Levanté un poco la cabeza para mirarla. - Por eso solo vale lo que tú creas de ti misma. - Tras esto besé con cuidado el centro de sus clavículas y me levanté para ponerme la camisa.

Lenz - Posada Carroñero

Cuando ya tenía mi andrajosa camisa en la mano llamaron a la puerta y pensé que cojer a Tzabcan era mucho más probechoso que ponerme mi parte superior así que, me acerqué a la estantería y alargué la mano para que reptase hasta mis hombros y luego abría un poco la puerta para ver quien demonios podía ser a esas horas.

- ¿Humm? ¿Tú no eres el de abajo? ¿Te has equivocado o quieres algo? -Pregunté entre aburrido y extrañado mientras Tzabcan echaba la lengua tratando de definir que nuevo individuo había y si los había notado antes.

Posada Carroñero (Lenz, Leah y Nike)

Lenz y Leah entraron en su cuarto después de negociar con la recepcionista de la posada. Mantuvieron una conversación, que llegó a acabar en un roze, interrumpido por Nike.

Nike al llegar a la posada, pagó 1 nucklus a la amable recepciuonista y se hospedó en una habitación, en la cual, casi ni se quedó, ya que se dirigió directamente al cuarto de Lenz y Leah, quería juntarse con ellos después de separarse todo el día.

Posada Mapache (Katia, Jinger Mina y Mol)

Todos dormían felices, menos Katia, que aunque logró dormirse, se sentía vigilada por la gran bola de pelo con forma de mapache.

Calle (Mizuko, Urai y Dillita)

Urai decidió pagar la "deuda" al ver que tres guardias se disponían a pelear para conseguirla, y logró calmar a la incrédula Mizuko.

Mizuko - Calle

Creí las palabras de Urai, éramos amigos, o al menos eso pensaba...

- Da igual... No hace falta que me invites a nada - dije arrepentida por mi cambio de humor.

- Mejor dicho... por mi descortesía te invitaré a una posada - ofrecí señalando la primera posada que ví.

- ¿Vamos? - Pregunté con ansias de ir al hostal, tenía mucho sueño.

Urai

Tras suspirar al ver que los matones se paraban a recoger las monedas me quede muy sorprendido de lo bipolar generosa que era Miuko - No, ya pago yo - dije, tarde o temprano podre hacerme con algo de dinero, algo que dudo que Mizuko pueda o quiera hacer, asi que mejor que conserve su dinero - Ala, vamos - y empece a andar hacia la susodicha posada

Calle

Mizuko y Urai vieron una posada y decidieron entrar en ella, después de decidir quien pagaría, Urai.

Posada Mapache

Urai y Mizuko entraron en la posada, su interior era muy lujoso, al contrario que su exterior. Había cortinas rojas de seda cubriendo gigantescos ventanales, grandes tapices cubriendo el suelo y las paredes, y la recepción tenía un barra circular dónde dentro había dos recepcionistas. Si mirabas al rededor podías ver dos pisos más, todos decorados con lujosas puertas, debía de haber al menos 100 habitaciones.

Mizuko - Posada Mapache - 0 nucklus

Entré en el hotel y al ver tantos lujos me sentí un poco mal por Urai, ya que tenía que pagar el nuestra estancia.

- Uy... ahora que lo pienso, me he gastado todo el dinero... - Dije avergonzada por no poder colaborar con el pago.

Estaba bastante nerviosa, porque el lugar parecía muy caro, y si Urai no podía pagarlo, tendríamos que irnos a otro sitio, y la verdad, yo estaba algo cansada.

Lenz - Posada Carroñero

Enarqué una ceja aún mirando al tipo.

- Bueno Nike pues si no es nada importante, ¿qué haces a las 4 de la madrugada llamando a la puerta?-. Dije algo irónico con los ojos entrecerrados. Ahora que lo pensaba de algo me sonaba pero pss...Yo quería dormir, o comer u olvidarme del mundo. Tzabcan seguía escurriéndose por mi pecho y se arrastró hasta el brazo que tenía apollando en el dintel de la puerta para acercarse a Nike con la lengua fuera, después de unos segundos se dejó caer lentamente para enroscarse a mi cintura de nuevo.

Leah - Posada carroñero

Primero pensé que sería la posadera y, tomándolo como algo poco importante, no me moví de mi sitio, pero al escucharuna voz masculina y ver que Lenz no se movía, decidí acercarme a la puerta a ver qué pasaba.

Asomé la cabeza con curiosidad y vi al canoniense. Esperé unos segundos, pensativa, clavando mis ojos entrecerrados en él. Nike. Nike. Nike. Nike. Nike Nike Nike Nike ¡NikeNikeNikeNikeNike!

- Tu cara... Me suena... -murmuré al fin, medianamente segura-. Eres... Eres... Espera, nome lo digas... El... El canoniense serio que vi en Elincia... ¡El fulgente caballero Nike nosecuantos!

Me puse un dedo en los labios, obligándome a bajar el tono.

- Shhh... Al final no fuiste tan impresionante - reí en bajo-. Eres tú, ¿no? Soy terriiiible para las caras...

Urai

- No te preocupes Mizuko, siempre nos quedara el plan B - dije traqs conseguir las llaves de la habitacion y mientras nos encaminabamos hacia ella - Si no nos llega hay que hacer esto - dije abriendo la puerta y cediendole el paso - Nos damos un buen baño calentito para relajarnos, luego comeremos mucho y bien, tras esto a la cama a descansar le dije todo serio - y mañana con las pilas bien cargadas lo unico que hay que hacer es irnos como quien no quiere la cosa - le dije sonriendo.
-Aunque si no te gusta siempre puedo pagar con lo que tengo encima y lo que no puees... - ¿robarlo?...esta opcion le iba a gustar menos... - siempre puedo fregar los platos... - aish... acabar de fregaplatos... ¿que he hecho yo para merecer una profesion digna?

Posada Carroñero

Lenz, Leah y Nike mantuvieron una conversación distante y al final, Nike se dirigió a su habitación, dónde, debido al cansancio, se quedó dormido rápidamente.

Lenz y Leah, agotados por la jornada, decidieron ir también a dormir, ambos estaban muy agotados.

*Dormidos*

Posada Mapache

Mizuko se sentó en la cama mientras Urai preparaba el baño, cuando fue a avisarla ella ya estaba dormida con Dillita a su lado -también dormida-. Urai, sonrío y fue a darse un baño. Cuando llegó a la cama doble, se acostó de espaldas a la espalda de Mizuko.

*Dormidos*

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8:00 A.M.

Jinger y Mol se despertaron, mientras Katia seguía durmiendo.

Jinger Mina - Posada Mapache - 8:00 A.M.

Me acerqué a Katia para despertarla, y decidí hacerlode una forma sutil, apretándole el brazo.

- ¡Arriba! - Grité al unísono que realizaba el apretó en su brazo. Ahora sólo tenía que esperar una décima de segundo para ver su cara mañanera.

Urai y Di

Me desperte con un grito en la habitacion de al lado... menudo sobresalto oye, bostece y me di la vuelta.... Mizuko... que cama mas pequeña, en fin, me puse en pie y estire los brazos y arquee la espalda, cuantas emociones en un dia. Fui al baño y me lave la cara y me "peine" a mi manera, tras eso llene la pileta de agua y tire a Di en ella, me gusta despertarla con cariño:

- <grito agudo lleno de improperios referentes a Urai y a todos sus antepasados>, que fria esta, la leche!!!!!!!!
- Buenos dias Di, me gusta ver que te levantas con energias - le dije acariciandole la cabeza - por cierto, el agua esta caliente - le sonrei - alli tienes el jabon, bañate.

Tras este pequeño ritual mañanero fui a despertar a Mizuko - heyyyyy - dije en voz baja mientras la hacia ¿oscilar? con el brazo - que ya es de dia, levanta. (entre una cosa y otra han de ser las ocho y pico-nueve.

Mizuko - Posada Mapache - 8:00 A.M.

Estaba durmiendo muy cómodamente cuando después de un tiempo noté que algo no iba bien... Urai me había despertado.

- Mmm... Buenos días... ¿ya es de mañana? - Pregunté aún dormida.

Miro a mi al rededor y empiezo a despertarme.

- Casi ni me acordaba que estaba durmiendo en una posada, quizás el sueño no me hace pensar muy bien - murmuré con un tono bjao-normal.

- ¿Dónde estarán los demás? - Pregunté pensando en Lenz especialmente.

Urai

- ¿que donde estan? - me quede perplejo a esa pregunta, que yo sepa la adivinacion no es una de mis habilidades... y de Di aun menos... - Pues yo que se chica, no engo ni idea, es cuestion de ir al punto de encuentro - detras de mi aparecio Di con una toalla de manos enrollada alrededor de su cuerpo con direccion al armario... ¿para que ira al armario? - El baño es tuyo - dije haciendo un ademan con la mano - yo esperare aqui. Prometo no mirar - dije sonriendo.

Leah- Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Me desperté con la energía al cien por cien y me desperecé. Debido a los acontecimientos del día anterior, mi pijama consistía en mi camiseta y deja de contar. Me volví hacia Lenz y sonreí. Despertarme me resultaba sencillo, pero me interesaba saber qué tal le iba a él por las mañanas.

- Buenos días... -susurré, imitando el tono que me había visto obligada a usar en diferentes ocasiones: una mezcla de picardía y dulzura. Lo acompañé todo de una sonrisa divertida.

FdR- Ha pasado un día O___O XD

Lenz - Posada Carroñero- 8:00 a.m.

Lenz se encontraba boca arriba, con la boca abierta mientras respiraba con fuerza y la cabeza girada hacia un lado. En cuanto la chica se despertó e intentó llamarle, este solo hizo un gesto de incomodidad para continuar durmiendo a pierna suelta.

Noté como iba volviendo al mundo poco a poco, no sin que me pesasen los ojos y me limpié la babilla que me caía por dormir con la boca abierta. Me erguí de golpe y bostecé ampliamente mientras me rascaba la cabeza. Miré entonces a un lado, recordando donde estaba cuando me topé con una curiosa sonrisa de Leah. Alcé una ceja y la miré con curiosidad mientras seguía rascando mi cabellera. Fui entonces recordando la noche anterior y fruncí el ceño entrecerrando los ojos y acercándome a la elinzia para mirarla de arriba abajo.

- ¡Oh señor! ¡¡El día ha llegado!!- Me agarré la cabeza con ambas manos, con desesperación- Juré que nunca llegarñia pero...pero...¡¡Mamá ya me lo tenía dicho!! Oh señor...Adios, adios a mi adorado trono...AAhh~~ Otro mal hombre te rellenará...- Hice una trajedia de aquello -¡realmente lo era!- y acabé mirando al techo con una mano en alto, como si buscase ser escuchado por algún dios. Había sucedido...aah...Por cierto, movía demasiado bien el hombro. Lo observé y vi que estaba casi curado "curioso" Luego reparé en que por la cama había como arenillas o piedrecillas "más curioso"