Elincia Vs Canon [Partida]

Diilita y Urai - PUEBLO

- ¡Gresca Urai!. ¡Sal ahi y combate como un!..... ¿Urai que eres?...¡Jajajajaja!. Bueno, sal y lucha, ¡por la libertad! - dije mientras sacaba mi espada, una una aguja de 15 cm, muy util para destrozar pies, y me lanzaba al ataque.

- De combate en combate,- dije mientras sacaba mi daga y mi espada. Vamos a por Sebastian, y asi con liberarlas y echar a correr llega...pero que listo que soy.
- ¡Por la libertad! - grite mientras me abalanzaba sobre el pobre Sebastian junto a Dillita.

Katia-Pueblo

Asentí ligeramente al escuchar las palabras de mi Dios. Ganar el combate. Eso haría. Con rapidez, me retiré hacia un lado al ver venir la estocada del traidor y giré el brazo armado hacia la izquierda, de forma que uno de los laterales de la espada se colocase frente a mí, a modo de escudo. Tras esto, escruté a Lenz de lejos, en silencio, cabilando en las opciones que tenía. La mejor opción sería atacarlo de lejos, mas no tenía el arma propicia. Debido a las diferencias de complexión, el combate cuerpo a cuerpo tampoco resultaba alentador. Fruncí el ceño, pensativa. Ganar no iba a resultar tarea fácil, pero me las apañaría. No podía perder.

- Háború... -murmuré, concentrando la energía en los brazos.

FdR. Estefano, teoricamente Sebastian se fue en el carro, por lo que, a no ser que lo siga, Urai no puede pelear contra él. Sin embargo, Urai puede enfrentarse tanto a Katia -yop XD- como a Canon ^^.

Lenz - pueblo

La euforia del combate me había rodeado y quería terminar lo antes posible para ir por las otras dos. Noté como Tzabcan subía por mi pierna.

- No te he dicho que hulleras pequeño...- Le susurré.

- ¡A ver que puedes hacer pequeña! - Le grité lanzándome de nuevo hacia ella. Mi espada iba casi horizontal con ganas de atravesarla de lado a lado pero tenía pensado que en el último momento cambiaría la dirección de la espada para dar un corte de derecha a izquierda. Estaba en posición defensiba eso quería decir que esperaba un ataque frontal, si conseguía que mantuviese su posición pensando que intentaría atravesarla entonces tenía grandes posibilidades de poder dañarle el hombro.

Katia-Pueblo

Al ver venir su espada de frente, subí mi brazo armado hasta la altura de los hombros, aproximadamente, logrando cubrir algunos de los organos vitales situados a la izquierda, y logrando así la movilidad que necesitaba para lanzar el conjuro a distancia Semleges. Teoricamente, el tenía más fuerza que yo, pero, al haber usado el Háború; había logrado fortalecer mis brazos, por lo que tal vez pudiese parar su espada sin necesidad de que la mía se desplazase. Seguidamente, me agaché, buscando evitar el inminente ataque frontal; al tiempo que extendía mi extremidad izquierda.

- Semleges - susurré, mientras extendía mi mano izquierda. Si no lo esquivaba, la bola de maná le daría por la parte inferior del abdomen...

Lenz

Al ver la reacción de Katia no me hizo falta cambiar la dirección de mi espada. Dejé que me impactase su bola de mana para acercarme y saltar buscando darle de lleno en la cabeza con el mango de mi espada, zona que había dejado desprotegida debido a su estratgia.

Katia-Pueblo

No se alejó... No se había alejado... Abrí mucho los ojos, sorprendida. Había saltado. En lugar de alejarse, saltó. Me clavaría la espada en la cabeza, lo que supondría mi muerte inmediata. Notaba cómo mi pulso se había acelerado al verse frustrada mi estrategia. Con un movimiento rápido, moví mi brazo armado, dejando la punta de la espada mirando cara arriba; con la esperanza de que cuando bajara ésta se ensartara en su pecho. Si iba a morir, al menos que fuera en compañía. Sonreí.

-Al final, moriré yo antes que ellas...Qué irónico...

El golpe que llegó no fue cómo me lo había imaginado. No notaba el fluir de la sangre. Tampoco notaba nada rasgándose. No... No me había cortado con la espada, pero dolía. Dolía como un golpe contra algo duro...
Todo giraba. Todo daba vueltas... ¿o tal vez tan sólo fuera mi cabeza? No lo sabía, pero estaba segura de tres cosas: la primera, no estaba muerta; la segunda, estaba sobre una especie de superficie, probablemente el suelo; y la tercera, algo o alguien estaba sobre mí...

FdR."No lo sabía, pero estaba segura de tres cosas: la primera, Edward era un vampiro; la segunda, una parte de él se moría por beber mi sangre; y la tercera, estaba completa y perdidamente enamorada de él". Sí, Katia se leyó Crepúsculo XDDD

Lenz - pueblo

Caí sobre katia que parecía algo aturdida por el golpe y noté el entumecimiento. Su espada me había atravesado el hombro. Esto daba paso a dos cosas: dolía y dolería más ya que no pensaba retirarla pero por otro lado ella tendría una limitada movilidad con su arma y además yo estaba sobre ella.

- Háború - Susurré con la cara llena de ira para dar fuerza a mi gran brazo izquierdo con el que sugeté el hombro del brazo que agarraba la espada que tenía clavada. Supuse que mi fuerza natural más el 50% de esta sería suficiente para dislocar bruscamente el hombro de katia.

- Tzabcan...- Llamé a mi serpiente que rodeaba mi pecho para que reptase por el cuello y pecho de katia.

- Múevete y condénate...Si tzabcan no acierta a asfixiarte te clavará su veneno. - Aun sugetaba mi espada con el brazo derecho pero solo la atrage hacia a mí arrastrándola por el suelo.

Katia-Pueblo

Al notar la fuerza de su mano en mi brazo, cerré los ojos con fuerza, tratando de reprimir el dolor. No lo conseguí, aunque no llegué a llorar. Yo no lloraba por dolor. Tragué saliva, al comprobar cómo esa puñetera serpiente se enredaba por mi cuello y pecho.

-Tendrías que estar aplastada -conseguí articular, esbozando un amago de sonrisa en mis labios. Luego, miré al traidor-. He perdido. Soy un arma débil, no merezco tus propinas... Si quieres matarme, hazlo. Cuando me lancé para defender a Sebastian sabía cómo podía acabar -abrí un poco los ojos, y clavé mi vista en su brazo, sonriendo-, y al final no resultó en vano... No vas a poder hacerle nada a mi Dios... Tampoco a Sebastian...

Seguía sonriendo. Sólo tenía que esperar. Ser paciente. Además, en caso de que algo saliese mal... mi Dios estaba ahí, me ayudaría...No tenía porqué preocuparme.

Dillita Y Urai - Persiguiendo al carro

- Urai, ese carro corre mucho ¿no? -pregunte mientras saltaba a su hombro con mis ultimas fuerzas.

- Si -esta vez tenia razon, aunque me fastide admitirlo- pero o corro detras, o no voveremos a ver a ese par de leinicias hasta mañana, cuando las ejecuten -un castigo demasiado irrebocable para mi gusto.

- Y una vez lleguemos ¿que?.

-Pues se las rescata mediante el uso de la fuerza y la magia, un plan simple y efectivo.

Canon - Pueblo

Observaba la pelea con detenimiento, una gran pelea, dentro de lo que cabe.
El chico logró colocarse encima de ella y amenazarla con su serpiente, mientras ella consiguió clavarle la espada en su hombro.

- ¡Buena pelea! - Aplaudí.

- Procurad no mataros, perderíamos a dos joyas en el combate. - Reí.

Sebastian - Carro

Yo conducía el carro, giré un momento la cabeza hacia atrás donde estaban las elincias, un poco más al fondo, había un agujero que hacía función de ventana. Podía observar como Urai nos perseguía, así que opté por coger el camino largo.

- A ver si así te cansas. - Susurré.

Mizuko - Carro

Habíamos entrado en el carro, Leah y yo estabámos en la parte de atrás.

- ¿Crees que vendrán a rescatarnos? - Pregunté mirando a Leah.

FdR: A partir de ahora en los combbates solo se posteará una vez por turno.

Lenz - pueblo

Me incorporé y agarré la espada de katia para ir arrancándola de mi hombro, luego la tiré lejos y me incorporé dejando a Tzabcan sobre ella. Me dirigí a Canon.

- Eres un tipo caprichoso e ilógico ¡No mereces llamarte dios! - Le grité, me había cabreado de verdad. Cogí un hierro caliente de una herrería cercana y me cicatricé las heridas de forma rudimentaria.

- UGH...- Pronuncié tirando el artilugio al suelo al acabar.

- ¿Y ahora qué maromo? - Le desafié mientras buscaba rapidamente un medio de transforte rápido para ir tras sebastian.

FdR: es que fue una noche larga y nos aburriamos XD

URAI Y DILLITA - persiguiendo el carro

- Oye Urai, ¿que tal lo llevas?
- Bien, - le mato, juro que cuando tenga fuerzas y tiempo me la cargo - muy bien.
-Vale por que ya debe de quedar poco, que te has pateado media ciudad, no sabia que tuvieras tan buena resistencia
- No la tengo - me estoy muriendo, me va a dar un infarto si no llegamos ya.
-Sabes que, es incomodo ir encima tuya cuando corres, me empieza a dar vueltas todo.
-No, no lo sabia - la mato y la dejo bien muerta, como que hay dos dioses que me la cargo.
- Mira, parece que va mas despacio y todo - menos mal, me estaba aburriendo, con lo aburrido que es eso.

Leah

- ¡¿A dónde nos llevas?! - pregunté de pronto al tal Sebastian -. ¡No me gusta ir en carro! ¡¿No podré ni morir cómoda?!

Suspiré. No quería morir y, si detenía un poco el carro, Urai podría alcanzarnos.

- Baja un poco el ritmo, Canoniense de pacotilla ... ¿No ves que hay dos damans contigo?

Dillita y Urai

Joder, que se acabe ya, que se me escapa el corazon - dijo Urai, al borde del paro cardiaco multiple, mientras piensa un plan cualquiera para hacer parar el carro.
Ya, pero ya - dijo Dillita al vorde del vomito, mientras trata de pensar en un lugar mejor, cualquiera.

Mizuko - Carro

Mi cara estaba llena de tristeza, pero me exalté cuando ví a Urai por la ventana trasera del carro.

- Sebastian... me estoy mareando, ¿no puedes hacerle caso a Leah e ir un poco más despacio? - Rogué manteniendo mi vista en urai.

Sebastian - Carro

Las dos elincias me pidieron que desacelerara la velocidad del carro.

- Está bien... - Murmuré.

Hice que los tolux que conducían el carro se calmaran para que realentaran el paso.

- ¿Así mejor? - Dije mirando un momento hacia atrás.

Leah- Carro

Sebastián bajó la velocidad y lancé una fugaz mirada a Urai. Ojalá le quedase algo de energía. Luego me giré hacia el Canoniense.

-Así mejor. Gracias ... No eres tan malo como parece, Sebastian- le dije sonriendo, seductora-. Es una pena que tengas que matarnos. Podríamos haber sido ... Amigos.

Se me ocurrió tratar de seducirlo de forma sutil. No le estaba ofreciendo más que mi amistad, pero con mi lenguaje corporal daba a entender más cosas. No deseaba nada con él, pero si lo turbaba sería más fácil de derrotar. Y ... ¿Quién podía saberlo? A lo mejor se ponía de nuestra parte ...

Mizuko - Carro

Sebastian redujo un poco la velocidad del carro gracias a nuestras suplicas.

- Muchas gracias. - Sonreí.

Sebastian - Carro

Las elincias me agradecieron que hubiera parado, Mizuko con una sonrisa y Leah con seducción.
Miré a Leah por las palabras que había dicho.

- Ya somos amigos... - Reí.

- Y tranquilas... no vais a morir. - Añadí.

Ellas no sabían de lo que se trataba, pero no podía contárselo.

Leah

Sus palabras "no vais a morir" me alentaron bastante, pero me sorprendió lo de la amistad. ¿Desde cuándo éramos amigos?

- Si eres mi amigo, deberíar detener el carro y soltarnos- observé sonriente. Tal vez funcionara.

Urai y Dillita

-Al fin, decelero, bien Di, atenta al plan.

-O.K.

-Yo rebiento la puerta trasera de un espadazo y tu entretienes a Sebas tirandote a su cara - simple y efectivo.

-¿Le araño o me lo cargo?

-Lo arañas.- no hay matar a nadie te hace participe de la guerra, y no quiero.

-A la de tres, 1, 2 y 3.

Saltaron y atacaron el carro segun el plan, ahora depende de ti Nenegi, el resultado

Canon - Pueblo

El chico me desafío, muy valiente.

- No quiero pelear, no tienes nada que hacer contra mí. - Reí.

- Aunque tampoco permitiré que persigas a Sebas. - Dije con una sonrisa.

- A börtön kő. - Conjuré.

Sebastian - Carro

De repente un temblor paró el carro, me dirigí a ver cuales eran las consecuencias y sonreí al ver que eran Urai y su ardilla pelmazo.

- ¿Sabéis con quien os estáis metiendo? - Pregunté, eran mil veces más débiles.

Mizuko - Carro

Las palabras de Sebastian me extrañaron, ¿desde cuando éramos amigos?

Un temblor paró el carro, Urai y Dillita lo habían conseguido, pero por ahora no debía decir nada.

[i]Pueblo

Lenz desafió a Canon, pero el Dios logró lanzar un hechizo que encerró a Lenz en una jaula de piedra bastante dura. Poco después, Canon se fue sin decir nada, no le importaban los asuntos de menor importancia.

Carro

Urai logró dañar la puerta trasera del carro, pero no llegó a arrancarla, estaba demasiado cansado.
Dillita se lanzó hacia Sebastian intentando arañarlo a la cara, solo pudo realizar un pequeño corte, pero Sebastian la apartó fácilmente con una mano como si de una mosca se tratara.

FdR:
- A partir de ahora habrán stats, por lo que tendréis que actualizar vuestras fichas. Como debéis hacerlo ya lo edité al final de la historia en el apartado: "Historia y fichas".
- La lista de Dioses y hechizos ha sido actualizada.

Urai - en alguna parte de Canon

-Bueno, al menos el plan B ha salido bien - dije mientras me daba la vuelta y me dirigia a ver que tal le iba a Lenz en la plaza.

Dillita - escondida debajo del carro

Ahora mi parte favorita, esperar a que, o bien esas dos acaben con lo poco que queda de la puerta, o bien a que lleguemos - ¡Jua, jua, jua, esto no se lo esperaba el idiota ese!

FdR: Lo de idiota va por Sebas, que por cierto, que se lo llame Urai vale, pero Canon no se yo oye; y no por ti Nenegi.

Lenz

Canon me encerró en un enorme pedregal.

-¡¡¡CAAAAAAAAAAAAAAAANOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOON!!!!! - Grité cuando se fue. Comencé a darme contra las piedras de la jaula sabiendo que no conseguiría nada.

- ¡¡¡AAAAAAAAAHG!! ¡La madre que me...! ¡CAAAAAAAAANOOOOON! - La rabia me consumía y los golpes que me daba contra las rocas me dolían y me hacían daño en la herida del hombro pero no podía quedarme allí, no cuando esas dos estaba dirigiéndose a la muerte en ese carro con ese Sebas de las narices.

URAI

- Joder, no se te puede dejar solo ¿eh?, y Canon hace tiempo que se fue. - le dije a Lenz nada mas confirmar que estaba dentro.

- Si te preguntas que hago aqui y donde estan ellas te puedo decir que a las 10p.m. quede con Di para un informe en el punto de encuetro, ahi te podre responder - no quiero que me de a brasa que estoy echo polvo.

Katia-Pueblo

El traidor, no sé cómo, había logrado levantarse, arrojando mi espada lo suficiente lejos para que no pudiese alcanzarla. Maldije por lo bajo, y aguardé, escuchando la discusión que mantenía con mi Dios. Permanecí en esta posición hasta que mi Dios se fue, dejando al traidor encerrado. Aprovechando que el traidor estaba encerrado y, por consecuente, no podía hacerme nada; moví con dificultad y lentitud mi mano derecha, apuntando con la palma de ésta a la serpiente; mientras acercaba mi extremidad izquierda al reptil.

- Semleges- susurré. De mi mano derecha emergió una pequeña esfera de maná, que se dirigió hacia la serpiente; la cual sujeté con mi mano izquierda, con fuerza por la parte correspondiente al cuello, para que no se moviese. En teoría, la esfera de maná debería impactarle en el cuerpo, provocando que redujese la fuerza que aplicaba sobre mi cuerpo. Cuando la redujese, aprovecharía para arrojarla lejos de mí.

Fdr. Siento haber tardado tanto en responder -w-U. Dejo lo de la serpiente a elección del master owo, que creo que es lo correcto... No como poner que había herrerías por ahí xDDDD -naah, es broma-.

FdR: Hey que yo dejé a elección del master el irme o quedarme! XD y se supone que si es un pueblo debe haber herrerias <.< en tal caso si el amster no está de acuerdo puede pasarse por el forro esa parte de mi post.

Lenz

Miré a Urai llegar.

- Tsk. Al menos he ganado una lucha. - Le dije riendo de forma amarga y acercándome a su cara todo lo que las rejas me permitían.

- Enga si me ayudas a sacarme estas piedracas del medio te presento a esa. - Bromemé señalando a Katia. Luego miré que se disponía a dañr a Tzabcan.

- ¡Mocosa! ¡Ni se te ocurra tocarle una escama a mi bicho!