Elincia Vs Canon [Partida]

Urai

- Si, me crie en Elinicia, en un orfanato de mierda que nos explotaba - hice un mohin de asco - me fugue a los 16 y a los 18 conoci a Di en un atraco al museo mundial elinicio - Sonrei - que recuerdos - vovi a beber - ¿y tu que?

Lenz - Pueblo

- Vaya una vida intensa. - Reí. - Yo...bueno, mi infancia fue bastante normalita. Mi padre era un fiel guerrero de las filas cannonienses, mi madre una de esas madres que cuidan a sus hijos y les dan azotes cuando son malos. Mi padre acabó muriendo en una batalla como es lógico y a mi madre me la quitaron unos fugitivos, ya sabes, un mal momento para estar en casa...A mis 15 ya estaba buscándome la vida con lo que me convertí en un herrante supongo. Me gano la vida haciendo algún trabajito que otro de cazarecompensas, al fin y al cabo las personas no somos más que insectos...- Miré dentro de mi camisa y acaricié la cabeza de Tzabcan con el dedo. - Los animales no luchas entre ellos por estupideces.

Urai

- Asi que cazarrecompensas, y no estas interesado en la que dan por mi o por Di, aunque sea poca el dinero es dinero - deje devolviendole la cartera - ten cuidado, hay mucho ladron suelto - sonrei y segui bebiendo

FdR: No puedes dar por hecho algo como eso porque inmisculle al otro personaje, por ejemplo Lenz nisiquiera tiene cartera. Tenlo en cuenta.

Lenz - Pueblo

- Humm ciertamente nunca había visto vuestros nombres pero más bien trabajo por encargo o por convicción, sino me da igual que tipo de delincuentes anden sueltos.- Dejé la jarra sobre la mesa cuando terminé y me estiré.- Mientras no hagas nada irracional o contra algún animalillo dudo que quiera tu cabeza. - Dije riendo y dando una calada a mi cigarro.

Jinger Mina - Posada Mapache - 3:04

Miré a mi mapache y grité con tono bajo abrazándolo.

- ¡Mol! Que suave y peludo eres. - Dije ignorando a Katia, hasta que me giré.

- ¡Yo soy Mina! ¡Te he traído aquí por órdenes del jefe supremo! - Expliqué.

- Y ahora a dormir... que seguro que estás muy cansada. - Dije en medio de un bostezo obligándola a estar cansada mientras me desnudaba y me metía en una mullidita cama con Mol.

Salida de la cárcel - 3:10

Dillita llevó a las elincias por el camino largo, ya que fue el único que ésta conocía. Ya llevaban unos 10 minutos cuando Mizuko y Dillita se cansaron por su poca resistencia, pero andaron un poco más y llegaron al pueblo.

Pueblo - 3:10

La conversación de Lenz y Urai llegó a su fin cuando Leah, Mizuko y Dillita llegaron junto a ellos. Estaban bastante cansadas, y ellos "pagaron", y se fueron del bar.

Posada Mapache - 3:10

Jinger Mina se quedó dormida mientras Katia se quedó pensativa sin saber bien que hacer con esa desconocida durmiendo.

Mizuko - Pueblo - 3:10

Llegamos al pueblo todas, yo un poco cansada, jadeando.

- Ho... hola. - Dije a Lenz y Urai inclinada hacia alante con las manos en las rodillas que estaban flexionadas.

Dillita

- ¡¡¡¡Urai!!!!! - dije mientras trepaba por el y le abrazaba la cara - te he echado un monton de menos, aunque tu a mi no por lo que parece - dije mirando las jarras de cerveza - pero te perodno por que estoy muy feliz - le di un beso en la frente - no me vuelvas a dejar tanto tiempo sola, nunca.

FdR- Puesto que el hecho de que tarden 6 minutos en llegar andando mientras que Urai se pasó un buen rato corriendo detrás del carro me parece tan absurdo que me opongo a poner la hora. También me niego a que Leah esté "bastante cansada" a menos que lo justifiques con un "porque se habían pegado una carrera de la host ..." Aunque tengas resistencia 1 ó 2 no deberías cansarte por andar unos minutos ù.u Sí. Estoy de mal humor y por eso me niego a hacer chorradas que me parecen ilógicas.

Por cierto, Nenegi. Me veo en la obliga de hacerte saber que no has actualizado la parte de la historia que tiene que ver con Dekiru y, de no hacerlo pronto ... Dejémoslo así.

Leah - Pueblo

Llegamos tras una larga caminata, pero apenas me encontraba cansada. Realmente andar por el bosque era cientos de veces más cansados que seguir a una ardilla en búsqueda de Urai. Nada más alcanzar a los chicos, me mantuve unos pasos por detrás de Mizuko, observándolos. No sabía muy bien lo que hacer. De pronto, aunque ya habíamos luchado hombro con hombro y había hecho lo posible por regresar, se me antojaba extraño. Sí ... Lenz y yo habíamos tenido una pseudo-cita, era cierto. También era cierto que Urai y Dilllita nos habían defendido, pero el hecho de haber estado al borde de la muerte me había recordado que había estado sola porque la gente a la que apreciaba me había herido. Me pregunté entonces, con cierto pesar, si realmente era correcto olvidar todo lo que me había hecho desear estar sola por siempre y acercarme a estas personas que, aunque apenas me conocía, ya comenzaban a asemejarse a alguien mínimamente importante para mí.

Lenz - Pueblo

Justo cuando me había distanciado de la barra pude ver como dos chicas y algo que se me antojó ardilla se acercaban, por tanto habían llegado.

- ¡Chicas! ¡Estais bien! - Dije cuando se acercaron. Cuando Mizuko recoperó un poco el aliento la abracé sonriente.

- Ya creí que no lo contabais jeje. - Reí soltando a Mizuko y acercándome a Leah. Me puse frente a ella y también la abracé, quizás algo más fuerte que a Mizuko.

- Veo que sois más duras de lo queparece pequeñas - Dije dándole un toquecito en el mentón con mi índice doblado. A pesar de haberlas conocido hace poco estaba bastante contento de que estuviesen bien aunque parecía que Leah estaba algo escéptica.

Leah - Pueblo

El abrazo de Lenz me reconfortó, pero a la vez me sentí más débil. Si sentía cerca a la gente ... Si me encariñaba ... Si pasara todo esto y me dieran la espalda ... Jamás podría volver a vivir con ello ...

Noté que se me empañan los ojos al recordar y bajé la vista al instante. No podía llorar. Era fuerte y no podía llorar. Llevaba demasiado tiempo aguantando como para permitirme llorar en ese intante.

Recuerdos ... Me atacaban ... Notaba como las imágenes de aquel día de invierno regresaban a mi mente tan nítidas y dolorosas como si las padeciese de nuevo. Nadie había parecido escuchar mis gritos ... Nadie había parecido preocupado por mis heridas ni por mis lágrimas ...

Mientras recordaba, pude notar como temblaba de nuevo, como aquel día. Si de nuevo me quedaba sola ... Ya no sabía si podría sobrevivir otra vez con ese sentimiento ...

Lenz - Pueblo

De pronto Leah comenzó a temblar como si algo horrible le hubiese pasado. Me separé un poco y le puse una mano en la nuca agachándome un poco para intentar verle la cara.

- eh eh eh pequeña...¿Qué te ha apsado? ¿Te han hecho algo? hey...- No sabía que les había pasado o si Leah era así pero no era esta la impresión que me había dado la pasada noche. Al verla tan desprotejido a ese pequeño cuerpecito bajo ese fino vestido, pense que un abrazo de esos que dan las madres cuando necesitas que alguien te apolle sería lo más apropiado, así que me dejé de preguntas y a ello me puse.

- Bueno tranquila, puedes tomarte el tiempo que quieras que esperaremos aquí...

Leah - Pueblo

Su abrazo me aportó algo de calidez y me entraron ganas de huír. Cuanto más se acercaran más me dolería perderlos, pero su última frase me hizo que dejara de temblar.

¿Realmente me esperarían? Tal vez esas horas habían bastado para unirnos ... Tal vez ya eran personas importantes para mí y, en ese caso, en vez de temer por perderlos debía protegerlos.

Alcé la cabeza para mirarlo. Primero parecía asustada, pero verlo junto a mí me hizo sentir que ya no estaba sola. Tardaríamos en conocernos, pero seguramente lograríamos ser un grupo interesante.

- Sólo era un recuerdo ... Pero ya está ... Un recuerdo no puede herirme - lo miré a los ojos fijamente, recuperando poco a poco mi fuerza- ¿no es así? Ya no ... Porque he avanzado.

Logré sonreír. Estaba decidido. Hasta nuevo aviso, me quedaría con ellos. Estaba harta de estar sola y, aunque me costase admitirlo, ya sentía que los echaría de menos.

Lenz - Pueblo

La miré extrañado pero sonreí encogiendo los hombros.

- "Agua pasada no mueve molinos" que se dice. - Le dije apartándome ya un poco.

- Bueno, ahora que estamos todos ¿Qué hacemos? - Pregunté al ya denominado grupo. Me quedé unos segundos pensando mientras miraba al horizonte con las manos en la cadera, cuando encontré lo que buscaba en mi cabeza me di la vuelta hacia ellos.

- Humm...Igunal necesitamos un hospedaje, ¿no creeis? - Propuse.

Leah - Pueblo

Respiré hondo y me sentí prácticamente recobrada. Sonreí con mi habitual seguridad.

- La verdad es que sería bastante apropiado. Yo, además, necesito un arco- hago una mueca de fastidio y me encojo de hombros-. Al capturarnos nos quitaron las armas y sin mi arco me siento bastante indefensa.

Con mi poca fuerza, sólo me quedaba la magia, y sin un arco a la espalda no me sentía insegura.

- Pero ... ¿Alguien tiene dinero? -ensanché la sonrisa, pues no tenía problema alguno en robar.

Antes de callar, dirijí una sonrisa a Lenz.

- Gracias ... -susurré sin saber si llegaría a oírme.

Lenz - Pueblo

Revisé el bolsillo donde guardaba el tabaco y lo poco que solía llevar pero solo encontré un par de monedas.

- Creo que tendrás que cojerlo prestado, al menos por mi parte. - Reí y di un par de caladas a mi cigarro, tosiendo otro par de veces.

- Uff parece que esto de luchar varias veces seguidas en un periodo corto me está matando. - Bromeé, la culpa nuuuunca era del tabaco.

Leah- Posada

Me estiré para estirar los músculos de mi espalda.

- Siempre puedo ... Hacer un trabajito -reí incómoda. Debían conocerme sii íbamos a ser amigos.

De pronto la idea se me antojó mucho más desagradable que de costumbre. Me imaginé los libinidosos ojos de cualquier hombre desconocido y me entraron ganas de golpear a mi pensamiento. Me sentí como si al hacer eso me fuera a encontrar sola de nuevo.

Lenz - Pueblo

La idea de Leah se me antojó incómoda y molesta, sobre todo después de la escenita del bar en la que había podido intuir algunas cosas.

- No creo que haga falta ningún "trabajito", aquí nuestro colega Urai supongo que podrá hacerse con algo interesante, y sino siempre podemos conseguirlo entr todos. - Sonreí y, aunque algo más forzadamente que antes, prontome recuperé.

Leah- Pueblo

La reacción de Lenz me pareció encantadora y algo dulce, por lo que reí. No pegaba con la imagen que solía dar. Me acerqué un poco a él y sonreí, adquiriendo el tono seductor que usaba para atraer a un cliente difícil.

- Está bien. Que se encargué Urai- dibujé una sonrisa traviesa-. Gracias por proteger mi cuerpo, Lenz.

Pronuncié su nombre de forma especial, alargando la e un poco, mientras trataba de mostrarme encantadoramente accesible. Realmente, se lo agradecía, pero me gustaba la idea de ver su reacción.

Mi mirada era la misma que la de un niño que comete una travesura. Di un paso más hacia él sin despegar mis ojos de los suyos. El contacto visual siempre era importante. Tenía que parecer natural, pero lo más probable es que él se diera cuenta de lo que estaba haciendo. Incluso podía no seguirme el juego, pero no tenía importancia. Me sentía incapaz de no hacer esta clase de juegos después de haber estado en peligro de muerte. Era una concesión que yo me permitía.

FdR- Qué mala essss XDDD

Urai

-Si es por dinero en esta cafeteria ya no pintamos nada, ¿eh Di? - dije sonriendo y dandole unos golpecitos a mi bolsa - aunque lo primero seria buscar un lugar en el que descansar para tener un piso franco por asi llamarlo, y ademas deberiamos conseguirlo rapido, un lugar que se vea decente por que si nos buscan sera en tugurios, pero no demasiado bueno o llamaremos la atencion. Luego hay que comprar comida y el arco - dije mientras Di contaba el dinero y hacia ruidos de asombro y risas nerviosas, hacia tiempo que andabamos escasos de pasta (para ser nosotros claro) pero no es normal... - porque no hay ruido en la bolsa... - la abri y vi a Di durmiendo con cara de felicidad, sonrei - ¿nos vamos? -susurre.

Lenz - Pueblo

La respuesta de Leah me pilló algo desapercibido al principio, la maldita parecía haberme encontrado el punto. La situación era como la de hace algunas horas, divertida y desvergonzada. Mi primera reacción fue hechar el tronco ligeramente hacia atrás y solté un "eh" aspirado como si fuese a decir algo y en el último momento me arrepintiense. Cuando entré al juego saqué una media sonrisa y alcé una ceja.

- No se si es protegerlo pero creo que vale la pena....- Añadí pícaro dando una calada y tirando el agotado cigarrillo al suelo mientras soltaba el humo hacia un lado. La distancia, la situación y el diálogo animaba pero ¡tio! eramos 4, bueno 5 y no dos ¡tsk! jaja... De pronto Urai tomó la palabra y planteó la idea de ahuecar.

- Humm mejor que sí o puede que estos del pueblo nos monten algún número llamando a otros guardias...- Dije retomando mi posición normal y enendiendo otro pitillo tranquilamente

Leah- Pueblo

Fruncí el ceño y arrugé la nariz, molesta. Me habían robado mi oportunidad. Ya casi lo tenía y, con una facilidad pasmosa, lo distrajeron. Me crucé de brazos, como si me hubieran quitado mi juguete, y todo el tono seductor fue transformado en puro fastidio.

- Sí. Busquemos un sitio donde dormir o el cansancio me hará perder mi poder de seducción -dije seca, tal vez comportándome de forma demasiado infantil, pero odiaba ser interrumpida en mis juegos.

Lenz - Pueblo

Reí a la reacción de Leah.

- Bueno, mejor descansar que no dar lo mejor de nosotros mismos. - Bromeé. Me estiré y bostecé un poco hasta que de pronto algo me hizo estremecerme. Miré dentro de mi camisa, Tzabcan me volvió a recorrer la axila esta vez para enroscarse en mi viestre.

- Además es preferible que me saque de encima a este celoso jajaja. - Me rasqué el mentón y miré a los lados.

- Humm, tengo una idea, busquemos algún lugar decente y escondido por separado y en un par de horas nos volvemos a ver en este bar.- Di mi propuesta seguro y tranquilo, la verdad es que era mejor tener varias opciones por si las moscas.

Leah- Pueblo

Asentí de mala gana.

- Sí. Busquemos por separado. No me importa estar sola, que ya estoy acostumbrada a que me lleven a extrañas cárceles y me encierren. Tal vez caminando en solitario por Canon, siendo elincia, alguien me invite a comer por amor a mis orejas.

Suspiré. Estaba siendo borde sin motivo. Traté de calmarme.

Lenz - Pueblo

Reí a un más con su respuesta, era tal cual una niña a la que hubieran castigado sin jugar por no comer las verduras. Me acerqué y la rodeé con un brazo.

- Venga pequeña, vamos juntos por esa choza y así hablamos de tu repentino rebote. - Sonreí. - Venga, tu y yo nos vemos la zona norte y que Urai, Mizuko y Dillita ronden por la sur. Será mejor que espabilemos o se nos hará de día antes de encontrar nada.

Leah- Pueblo

Lenz me calmó. Asentí, aún algo molesta.

- Vale ... Busquemos algún sitio.

Me giré hacia los otros.

- No olvideis que nos vemos aquí en un rato ...

Me pegué un poco al canoniense que estaba a mi lado, como si le indicase que podíamos irnos. Me avergonzaba un poco por haber parecido tan cría, pero ya lo arreglaría alguna vez.

Lenz - Pueblo

Emprendimos la marcha con tranquilidad alejándonos del lugar. Cuando ya habíamos hecho camino en busca de algún lugar apartado decidí comenzar a hablar de nuevo.

- Hey, ¿tanto te molestó Urai antes? - Reí mientras le daba un toquecito con el hombro del brazo con el que la estaba agarrando.