X- Rider [Edificio Kôtei]

S - Cafetería

Sonreí pícaramente a Wood cuando lo vi tan extasiado y luego volví con Amy.

- Pueees creo que sí podeis practicar. Hay una zona de simulación en alguna de las plantas, creo que está aberta de diez de la mañana a doce de la noche. Pero no podeis utilizarla dos días anes de la carrera, supongo que por reglas o por ahorro energético, bah quien sabe...- Salí de detrás de su espalda y me estiré.- Aaah sois bastante entretenidos, ¿eh? Me quedaría aquí to-...- Mi voz se fue apagando junto a mi sonrisa en cuando vi, tras el hombro de Wood, casi oculto o al menos muy discreto, apollado en una columna, a L. Tragué saliba, me había pillado y no sabía cuanto tiempo había estado allí. Me quedé paralizada unos segundos mirando su sonrisa amable y su aparente alegría.

- Eh...T-tengo que hacer muchas cosas...- Sonreí comprometidamente y me fui retirando hacia la puerta sin darles la espalda y, de paso, comprobando si seguía allí. - Suerte con la carrera jaja...y bueno...ya no veremos...- Pude ver su espalda, ya más alejada, antes de agarrar el pomo de la puerta y me giré rápidamente para salir al pasillo en alguna dirección. Una vez fuera me dispuse a largarme corriendo por el pasillo de la izquierda, contrario al que daba a la segunda salida de la cafetería cuando lo escuché.

- Te pillé...- Dijo con su habitual sonrisa arrebatadora y amable.

S se fue y nos dejó a Wood y a mí solos. Nunca me había parado a hablar con un compañero, sólo con L.

- Bueno... ¿Tienes hermanos? - Pregunté por dar un tema tras la despedida de S.

Wood Terrier- Dark Lightning - 100$

Cafetería

Cuando recuperé la capacidad para hablar (cosa que me llevó su tiempo), le pregunté a S:

- ¿A qué vino eso?

No obtuve respuesta. S había iniciado un proceso de huída, y, evidentemente, a mi pregunta ya le había pasado el turno. La miré confuso, a medida que ella hablaba, y luego seguí sus pasos con la mirada. Cuando se fue, alcé ambas cejas.

- Ni que hubiese visto un fantasma - comenté.

Luego reparé en la pregunta de Amy.

- No, no tengo hermanos. Soy hijo único. ¿Tú?

Le hacía caso, a pesar de que mirase a la puerta.

FdR. Ahora vuelvo >___<

Mi pregunta fue respondida negativamente y después fue cuestionada amí por él.

- Pues igual que tú, mis padres no reparaban mucho en la familia. Les gustaba más el dinero y sólo necesitaban una descendiente.

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Cafetería

Asentí a su respuesta mientras apartaba la vista de la puerta. La miré y le sonreí.

- Vaya ... A mis padres también les importaba el dinero, pero la familia ocupaba un buen lugar en su lista de preocupaciones, aunque no hubiesen tenido más hijos -comenté-. Y, perdona la insolencia, pero por ese comentario cualquiera diría que a tus padres les importas bien ...

Me giré hacia un lado y coloqué mi mano frente a mí antes de estornudar.

- Perdón -murmuré, volviendo a mirarla-. Y, respecto a lo que decía antes, la frase acababa con un poco, no con un bien.

Me dijo que mis padres me querían bien poco. Quizás fuese cierto...

- Ellos... me querían a su manera - contesté borrando mi sonrisa.

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Cafetería

Mi estúpido comentario hizo que la sonrisa de Amy se borrase.

- ¡Ah, no, no, no, no, no, no! No, ¡mierda! No pretendía ofenderte. Lo siento. Joder, soy estúpido - farfullé, juntando las manos-. No pretendía ofenderte. Lo siento ... Hablemos de otra cosa, sí ... Ems ... ¿Cuál es tu color favorito?

Mi intento por cambiar de tema era ridiculo, sí.

- Lo siento ... -me disculpé otra vez.

Suspiré. Era tonto, tirillas y, además, sin tacto. Normal que mis padres decidiesen no tener más hijos.

Wood se disculpó, y lo agradecí por su parte.

- No... no pasa nada, no tienes que disculpar mi relación con mis padres, si la culpa es mía - dije para que Wood no se sintiese culpable.

Volví a dibujar una sonrisa, esta vez un poco forzada tras su pregunta de: ¿cuál es tu color favorito?

Reí.

- Supongo que el violeta... - contesté menos tensa.

- Y... ¿el tuyo? - Pregunté por seguir el juego.

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Cafetería

Negué con la cabeza al oir sus palabras.

- Claro que tengo que disculparme. ¿Has visto mi poco tacto? Soy un bestia, un bruto. ¡Un mounstruo horrible! No debí haber dicho eso. Merezco que me odies. Que empieces a experimentar un odio superior al mío hacia el automata de Q -revatí mirandola a los ojos.

Cuando se rió, me sentí ligeramente aliviado.

- Violeta, ¿uh? A mí me gusta el azul - respondí sonriendo otra vez.

Q - Cafetería

Entré a la cafetería con paso seguro, por la segunda puerta, mirando a mi agenda electrónica. Noté como a mi paso la gente se silenciaba, no me afectó, estaba acostumbrado a todo tipo de roces en aquel lugar. Encontré a los chiquillos hablando tranquilamente. Exasperante. Me coloqué a la espalda de Terrier, que parecía encontrar mi mención divertida.

- ¿Es que me estaba llamando, Señor...Terrier?- Pregunté tras él, pronunciando más lentamente mis dos últimas palabras. Me introduje en el grupo siendo visible para todos mientras pinchaba las últimas anotaciones en la agenda.

- Veo que se han tomado su buen descanso. AD está realmente disgutado, pero no me sorprende. Conozco tanto su estúpida exageración como vuestro poco interés con lo que los resultados me han parecido medianamente probechosos. Ahora pónganse en marcha, tienen una larga tarde de gimnasio y un recorrido por la pista para la prueba de mañana-. Me coloqué las gafas y eché un vistazo a todos.- Finalmente tendrán que responder a unas cuantas preguntas, simple protocolo para darse a conocer en la prensa-. Miré a Terrier con gran seriedad.- Y luego a la cama pronto-. Eché a caminar sin titubear, nisiqueira cuando mi hombro chocó bruscamente contra el del chico para abrirme paso hasta la barra.

- Un café cortado, en una proporción de dos dedos más de café que de leche, nada de espuma y sin azucar-. El camarero se me quedó mirando un rato mientras yo continuaba con mis labores. Le miré severo.- Rápido-, Le dije con tono casi insolente para que se pusiese en marcha.

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Cafetería

Una voz sonó a mi espalda. La recordaba, sabía quién era, pero aún así giré la cabeza, esperando haberme equivocado. Cuando le vi la cara, supe que estaba en lo cierto. Era Q. Mierda.

- Ah ... No, nada, le comentaba lo disciplinado que eres, tu gran sentido del humor y lo mucho que me dejas descansar - susurré, con una sonrisa nerviosa.

Tosí, con la mano delante, al terminar de hablar. Me encontraba bastante cansado, y el hecho de toser y estornudar cada dos frases me exaperaba.

- Yo ... Yo estoy cansado, Q ... ¿No puedo hacer sólo las preguntas? - pregunté, mirandolo a los ojos, suplicandole con la mirada como si de un cachorrillo abandonado me tratase.

Q - Cafetería

Una vez me trajeron mi café, me lo llevé a la boca sin perder de vista la agenda. Tsk, frío y con demasiada leche. Dejé la taza en su sitio, igualmente debía tomármelo. Fue entonces cuando escuché las quejas y casi me chirriaron los dientes. Dirigí una mirada odiosa al joven castaño.

- No se de donde saca esas confianza Terrier, pero conmigo guarde distancias-. Comenté seriamente. Lo que me faltaba, que esa panda de mocosos comenzase a tratarme como su niñera o como uno de su "pandi" Bebé otro sorbo de café y noté como no me sentaba del todo bien. fu entonces cuando recordé y me alejé de la barra para ponerme frente a Mcdowell.

- Y respecto a usted, señorita...Como vuelva a tener noticias sobre su desvergonzada indumentaria propondré enviarla de vuelta al caluroso lugar de donde ha salido-. Volví a mi posición y continué recitando.

- A la señorita Fox se le retirarán los dulces a partir de las 5 de la tarde, al señor Dumm se le especificará una dieta de mantenimiento y lo mismo para el señor Mutsu. Por su parte, señor Terrier, se le pondrá una dieta proteica-. Volví con mi agenda.- Si tienen quejas, acudan a recepción.

Wood Terrier- Dark Lightning - 100$

Cafetería

Suspiré al escuchar las palabras de Q. Supuse que eso era un "irás al gimnasio como el resto". Realmente estaba cansado, cansado y sin apetito.

- Lo siento, Señor Q - me disculpé ante su regañina-, pero realmente estoy cansado. Tampoco tengo hambre, y toso y estornudo. Mire, no desayune, ni tampoco estoy comiendo ahora. ¿Y si estoy enfermo?

Hablaba con un tono calmado, intentando no enfadarle y mostrandome educado. Sin embargo, la calma de mi voz no duró demasiado.

- ¿Dieta proteica cómo? ¿Con carne? No pienso comer carne

Q - Cafetería

Suspiré, ¿nuevamente tenía que ser la niñera? Estaba harto de mi trabajo...Desde que habíamos empezado aquel poyecto toda la mierda me caía encima...Ah, relájate...No pierdas los modales que son lo único que te queda...Me levanté y me acerqué a Terrier con paso exasperado.

- ¿Enfermo?- Suponía que sería algún tipo de escusa para evitar moverse e irse a dormir. Tomé aire y lo solté con calma, mirándole con el ceño fruncido. Eché las manos a su cabeza bruscamente, con lo que el chico pareció querer retroceder algo asustado, pero en cuanto lo agarré, lo hice con delicadeza. Lo traje hacia a mí y coloqué mi frente en la suya con el mismo cuidado, tomándome unos segundos con los ojos cerrados para comprobar algún tipo de irregularidad. Quizás estuviese hablando en serio. Lo solté.

- ...Retírese a su habitación. El doctor lo visitará en cuanto pueda-. Comenté.- Y los demás, si alguno tiene algún tipo de síntoma háganlo saber, lo que menos nos hace falta es una epidemia. Y no, no tendrá que comer carne-. Respondí a terrier dándole la espalda. "Aunque no le vendría mal un buen filete" Ah...Niños tercos.

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Cafetería

Suspiré aliviado cuando me soltó.

- Gracias por creerme - murmuré mirando a otro lado.

Luego escuché sus indicaciones. Al parecer, tendría que irme a mi cuarto para esperar a un doctor. Genial. Sería divertidíiisimo. Porras.

Me despedí de Amy y los demás, obedeciendo al automata ese, y luego añadí, desde la puerta:

- Gracias por aclararme la duda.

No tendría que comer carne. Bien.

*se vaaaaa de margi u.u*

Llegó Q y nos dijo a Wood y a mí que tendríamos que hacer unas pruebas físicas y responder a unas preguntas, cosa que no me aterrorizaba. Sin embargo después se dirigió hacia mí amenazándome y diciendo que debía de cambiar de idumentaria, quizás estuviese un poco... como en casa, no lo sé, no petendía incomodar a nadie.

- Lo siento, señorito Q, no volverá a pasar... - Dije bastante avergonzada por su llamada de atención.

Después Wood se despidió de todos y se fue diciendo que tenía una enfermedad.

- Cuidate - Dije al chico antes de que se marchase.

Rápidamente mi mirada volvió a Q y sonreí.

- ¿Cómo se siente uno al trabajar en una empresa tan importante? - Pregunté para dar un tema de conversación, aunque no estaba muy segura de que fuese una buena idea preguntárselo a Q, era muy minucioso con todo, quizás no lo gustaba mantener conversacionas con los demás.

C.T. Dummy

Justo cuando acabe mi macedonia, bastante rica, y de haber visto algo que si estuviese en la tele lo hubiese tachado de telenovela barata de franja de maxima audiencia, Amy hizo el comentario mas gracioso que habia escuchado en muuucho tiempo (sin contar con un par de ellos en la telenovelucha) por lo que no pude eviar sonreir, "señorito Q", esa me la anoto - en fin, iluminanos con tu sabiduria -le dje a Q... SEÑORITO Q.... sonrei.

Bellatrix (Bella) Fox- Dark Lightning - 595$

Cafetería

Llegué al lugar en el que debía haber estado bastante antes, por cierto, con cara de pocos amigos y un par de gotas de sudor resbalando por mi frente, que sequé con un pañuelo antes de respirar hondo varias veces: acababa de echarme la carrera padre.

"¡¡Prométeme que vendrás a verme cuando ganes tu primera carrera!!" Eve se había pasado con aquello. No podía imaginar lo que me había costado desplazarme hasta allí, pero la muy... no pudo esperar.

Una vez recuperé el aliento miré a mi alrededor. Mis compañeros de competición ocupaban la habitación. Suspiré.

- Hola a todos. Siento llegar tarde...

FdR- Y así todo queda explicado rulz

Q - Cafetería

Estaba irritado y aquellos chiquillos no me ayudaban. Apreté la cucharilla de plástico hasta que un crck me informó de que se había roto en dos. Me giré en cuanto la señorita Fox entró al lugar.

- Señorita, le informo de que se han tomado algunas medidas respecto a sus dietas. Se le retirarán los dulces a partir de las cinco de la tarde-. Diciendo esto me giré a los otros dos corredores.- Lo duro o simple que es un trabajo de empresa lo aprenderá cuando tengan la edad adecuada-. "Si es que hacen algo de sus vidas" Me huviese gustado añadir, sin embargo, no vlía la pena. Diciendo esto di mi tarjeta al camarero y me fui en cuanto me la devolvió.

*Q se ha ido*

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Hard Work

Al rato de que Q abandonase el local, un hombre y una mujer con cualidades físicas portentosas fueron en busca del grupo. Estaban al tanto de la baja de Terrier con lo que no dieron problemas al preguntar por cada uno. Todos se dirigieron al gimnasio donde dedicaron la tarde a preparar los músculos tanto en máquinas como en clases de step y similares. Tuvieron incluso una sesión de natación y, al final, ejercicios de estiramiento y relajación.
A pesar de lo cansados que habían quedado de las duras horas de entrenamiento, debían dar un recorrido de muestra en el simulador para comprobar el terreno del día siguiente. Tampoco esto fue fácil ya que debían concentrarse y esforzarse como en una carrera real, pues aquello tambié sumaría algunos puntos a sus clasificaciones. Eran ya las diez de la noche cuando terminaron las preguntas para las revistas. ¿Parejas? ¿hermanos? ¿Por qué las motos? Preguntas generales para dar una pequeña bocanada de información a las masas interesadas en aquel deporte. Cenaron en el comedor de su salita privada, compartiendo algo de charla y comentando lo exahusto de aquel día. Una vez terminaron, Bell y Dumm se acercaron a recepción en busca de una nueva copia de su llave de habitación y todos se fueron a la cama en la que calleron rendidos. Nisiquiera los nervios de la carrera del día siguiente pudieron con su fatiga

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Wood se había retirado a su habitación con aparentes síntomas de gripe. Una vez allí se puso cómodo y se quedó viendo la tele y revisando algunas cosas en internet hasta que se encontró mareado y se metió en la cama. Por un momento se preguntó dónde demonios estaba ese médico que Q le había prometido, pero su pregunta tuvo respuesta antes de lo que creía. La puerta de su habitación se abrió con un portazo mientras el chiquillo dormitaba, haciendo que se despertse de golpe. Un hombre rubio y bien peinado con bata blanca, un maletín y gafas cuadradas entró a la habitación sin miramiento alguno.

- Esto está muy cerrado, apesta a virulencia-. Se dirigió a la ventana y la abrió de par en par, cosa que al muchacho le resultó horrible debido a que estaba tiritando por la fiebre. El hombre encendió la luz haciendo que el chico se cegase por un segundo, aquel tipo tenía pinta de médico, pero más parecía que fuese a matarle. E cuanto recuperó su vista pudo verlo mejor. Su cara era de perro rabioso y en su boca colgaba un cigarro. Llevaba una corbata mal abrochada y la parte sobrante de su cinturón caía de lado. No fue muy buena la impresión que le dio en ese momento.El hombre se sentó en la cama, sin preguntar nada, y lo miró unos segundos.

- Reposo, jarabe para la tos, buena alimentación y mucha agua- Se limitó a decir mientras escribía una receta y la tiraba sobre Wood. Luego simplemente se levantó y se marchó con el mismo portazo de entrada.

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El castaño se encontraba sentado en la cama, apollado contra la cabecera con la corbata a medio sacar mientras se desbrochaba los botones de las mangas de la camisa.

- No haces más que darme motivos para amolestarte-. Comentó al aire. La pelirroja salió del pequeño baño con el pelo suelto y una albornoz que parecía no atinar a cubrirle la prominente delantera.

- Solo me he escapado cinco minutitos-. Comentó ella de morros mientras se acercaba a la cama y se colocaba frete al hombre de rodillas.

- Hoy cinco, ayer veinte, el próximo día quince...Eso sin contar los problemas que causas-. El hombre sonreía amblamente mientras ya se había deshecho de su parte de arriba y comenzaba a escurrirse bajo las piernas de la chica.

- Lo que tú digas...- Respondió ella, acatando la posición que el tipo demandaba, sobre su cadera. Abrio entonces su albornoz y lo dejó caer desde sus hombros hasta las piernas de él, mostrando que era su única prenda.

- Ahora vas a tener que escucharme-. Seguía hablando el tipo con calma, mientras la pelirroja empezaba a desabrochar su cinturón sin decir nada.Esperó un rato en silencio, lo que tardó la mujer en acabar su labor y acoplarse al cuerpo del castaño. En cuanto esta empezó a mover la cadera el hombre ensanchó su sonrisa con más calma aún.

- Ya tengo pensado tu trabajo...no lo tenía demasiado claro ya que había dos candidatos interesantes, pero ahora lo tengo clarísimo-. La chica comenzaba a ponerse tensa, a cada movimiento que realizaba era menos capaz de controlar el pequeño grito de su garganta, y el sudor empezaba a aparecer en su espalda.

-..ugh, no quiero oírlo ...ahora,no...- El hombre volvió a ensanchar su sonrisa y agarró un brazo de la acalorada chica.

- ¿Cres que me importa?- Preguntó, volviendo a recostarse y soltandole el brazo.- Bueno, como te comentaba, ahora tengo tu trabajito...Me he decidido por el chavalito ese...¿Terrier?- El castaño puso énfasis en su última palabra, notando como la pelirroja para uns segundos en su tarea para mirarlo algo mal. El hombre no perdió su sonrisa, dio un toque con su cadera para informar de que continuase y se quedó mirando hasta que ella hizo caso.

- En fin, ahora que lo he visto tan coladito y se quien es ya tienes trabajo-. La chica comenzaba a jadear con cada movimiento, mordiéndose el labio inferior de vez en cuando.

- P-pero..¿no...puede ser el otro? Terrier...humm- El hombre agarró la cadera de la chica y se incorporó un poco para aumentar la gran cercanía ya vigente.

- ¿Qué? Venga, no me vas a poner pegas ahora,¿no? Sabes que es un 95%...Además...- El castaño se impulsó y tomó la posición superior, haciendo que la chica callese de espaldas sobre la cama y, a su vez, dando un fuerte e incómodo golpe de su cadera. Su sonrisa se borró por unos instantes.- No estás en posición de quejarte-. La pelirroja desvió la mirada tras un grito algo más intenso que los otro y luego pretendió rodealo con sus piernas.

-Entonces ya te iré diciendo-. Comentó el chico, retomando sus sonrisa al ver el gesto afirmativo de la mujer. Dejó que ella continuase moviéndose durante un rato y, de pronto, se separó y se puso en pie, volviendo a vestirse.

- Nos veremos arriba-. Se despidió alegremente mientras acababa de ponerse la corbata y salía por la puerta. La cara de la pelirroja era un poema, y su situación se le hacía vergonzosa y desesperada. Apretó los puños y se mordió el labio inferior, si algo le habían dejado marcado sus penosos años de juventud era un adulterio latente, y ahora se sentía totalmente desesperada por apagar su escitación. Golpeó varias veces la cama y dio un par de gritos de ira y necesidad.

- ¡¡¡L!!!- Gritó finalmente, acordándose de por que lo adoraba y odiaba tanto.

C.T.DUMMY

Al acabar llegar a mi habitacion (sigo sin saber como vuelvo a tener llave) me puse un chandal, me apetecia correr, quiero estar despejado para la carrera y para eso tengo que dormir bien, y no me llego el ejercicio de hoy asi pues me despedi de la amable recepcionista y me puse a correr dos horitas, al volver volvia a saludar a la recepcionista y tras perderme un par de veces antes de encontrar la habitacion me pegue una ducha y me fui a cama repasando mentalemente el trazado del circuito hasta el punto de que acabaria soñando con el.... - mañana hay que ganar - dije bostezando antes de dormirme.

Debido al agetreo que se sentía en el edificio, a pesar del aparente silencio, y al malestar general del joven, Wood se mantenía en duermevela enrollado en sus sábanas, dando diversas vueltas en busca de una posición cómoda y un alcance de temperatura adecuado que, debido al malestar de la fiebre, no llegaría. Tras un rato de diversas incomodidades notó como llamaban a la puerta con sutileza, para luego ver entrar a una silenciosa camarera que traía su desayuno.

- Hora de su antibiótico. Le dejo aquí las cosas-. Susurró la mujer con calma, dejando la bandeja a un lado de la cama. - el doctor vendrá enseguida-. Susurró de nuevo antes de abandonar la habitación.

Wood Terrier- Dark Lightning - 100$

Habitación

Llevaba horas despierto. Apenas había podido dormir. La tos, la fiebre y el dolor de cabeza me lo habían impedido. Cuando la enfermera llegó, esbocé una amplia sonrisa de satisfacción ... o locura, quién sabe. Ahí estaba el antibiótico, el asesino de todos esos malditos virus que no me había dejado dormir. Ni tan siquiera le di importancia a su última frase. Daba igual si el fumador aquel venía o se iba. Daba igual. Al fin tenía el antibiótico.

Cuando se fue, me avalancé como si de un heroinómano me tratarse hacia la bandejita, y me tomé, sin ascos, la medicina. Estaba malísima, pero daba igual. Al fin podría volver a coinciliar el sueño.

Benditas drogas.


FdR. Mira como exagera rulz

Q colgó el transmisor en cuanto S le dio las gracias y quedó unos mirándolo. ¿Shun Mutsu no había acudido a la salida? Preocupado, se dirigió a su habitación, no sin antes dar aviso a algunos de los chicos de seguridad para que se pusiesen en su busca. En cuanto subió algunas plantas pudo ver como la camarera entraba a la habitación de Terrier y comprobó si las medicinas eran las adecuadas. Tras eso, se dirigió a la habitación de Mutsu.

Q - Habitación Nº 447

Llegué a la habitación de Shun y llamé a la puerta.

- ¿Señor Mutsu? ¿Señor Mutsu? ¿Está usted presentable?- Pregunté, acompañando mis palabras de toquecitos en la puerta. Al no encontrar respuesta me decidí a entrar, pero solo encontré una habitación completamente vacía.

Salí del lugar algo preocupado y observé mi agenda tratando de encontrarlo, pero tampoco había rastro de su situación en ella. Lo pensé unos segundos y me dirigí a la sala común de los corredores, quizás se había quedado dormido allí pero, ¿olvidarse de la carera? Resultaba inquietante.

Mientras caminaba por los pasillos sonó mi comunicador.
- Q-
- ¿Sí?-
- Han encontrado a tu asiático. O vamos, creo que es él-. T siempre tan concreta y atenta...
- ¿Dónde estais?-
- Yo descansado-. Apreté los dientes ante su respuesta.
- Daba por hecho que estarías con él-. Respondí con un tinte de irritación.
- Pues no...-
- ...-
- ...- Nada.
- ¿Y dónde demonios está?- Pregunté algo más alterado ante su ineptitud.
- Ah, él...Creo que está en el comedor atendido por algunos chicos-. Al fin, maldita perezosa.
- Bien, gracias-. Colgué y me dirigi al comedor.

Q - Comedor

Llegué al lugar y abrí la puerta esperando encontrar a quien buscaba pero, al entrar, comprobé que estaba vacío. Indignado llamé a T.

- T...-
- ...¿Qué?-
- Aquí no hay nadie...-
- ...¿Dónde?- Irritación...
- ¡En el comedor!- Respiraba para intentar calmarme.
- ...-
- ...-
- ...Ah...- Ira...
- ¿¿AH??- Grité al aparato.
- ...A lo mejor...Estaban en la sala común...- La sangre me hervía.
- Un corredor está por ahí tirado...y tu cres que...¿"a lo mejor" está en la sala común...?- Casi titubeaba debido al cabreo en cada palabra.
- ...-
- ...-
-...-
- ¡¡¡HABLA!!!-
- ...Sí, a lo mejor-. *tuc*- GGGGGRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRRRRGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!!!!!!

Respira...Respira...Respira....Casi tiro el comunicador al suelo en cuando escuché que colgaba y, sin perder m´s de mi preciado tiempo me dirigí a donde debía haber estado hace media hora.

Q - Sala común

¡AL FIN! Quise gritar en cuanto encontré a unos tres tipos de seguridad y a una enfermera con sus aparatos en torno a uno de los sofás del lugar. Igualmente me mantuve como siempre, sin emoción alguna. Me acerqué al lugar mientras los presentes me abrían paso y comprobé en que estado estaba Mutsu. Estaba tumbado boca arriba, empapado en sudor y con el pulso aparentemente bajo. La enfermera me informó de que había una bolsita de té en su mano y un vaso con agua caliente sobre la mesa en cuanto llegaron. Seguramente había pensado que un té ayudaría a su mejora y se había desmayado en el intento de su preparación.
Su postura no parecía demasiado cómoda, igualmente daba la sensación de disfrutar de un profundo sueño...Quizás no disfrutar, pues el gesto de su cara era casi incómodo, seguramente la fiebre le causaba un mal sueño. Pareció casi gemir en cuanto la enfermera pasó un paño húmedo por su frente, y pude ver como una gota de agua resvalaba por su megilla, incomodándolo al parecer.

La escena me resultaba familiar pero, parado allí en frente, con la agenda en las manos, aún no conseguía identificarla. Fue entonces cuando la henfermera le fue a pinchar el brazo para introducirle el suero y, al contacto de la abuja con su piel, pude apreciar como apretaba la mandíbula y daba paso a un ligero suspiro tras el primer gesto. ¡Agh!

- ¡Largo!- Grité sin apenas ser consciente de ello, dando un pequeño susto a los presentes. Ya, ya sabia porque me era familiar. Carraspeé y me coloqué las gafas al apreciar lo extraño que había sonado aquel grito y continué.

- El Señor Mutsu necesita reposo y sábanas limpias. Llevéndolo a su habitación y que lo visite el doctor. Tras eso y haciendo caso omiso a las miradas incómodas de los presentes me retiré del lugar.


Q - Habitación Nº 97

Llegué a la habitación de Terrier y llamé a la puerta.

- Señor Terrier, voy a entrar-. Esperé los segundos que creí pertinentes antes de entrar tras mi aviso y abría la puerta. Comprobé que estaba en su cama, algo doliente.

- ¿Se encuentra mejor?- Pregunté con calma mientras quedaba a escasos metros de la cama.- Veo que ya ha tomado la medicina. Debería tomar su almuerzo si no quiere afectar también a su estómago-. Comenté tras ver la mesita al lado de la cma.

Wood Terrier- Dark Lightning - 100$

Habitación

Clavé mi mirada cansada en Q, que acababa de llegar. Me moría de sueño, y el estúpido dolor de cabeza no me dejaba dormir. Maldije por lo bajo. O no me dejaba dormir el tipo que tenía delante, o mi propia cabeza no me dejaba. Maldito sea el mundo.

- Me tomé las medicinas, sí, pero no tengo hambre - comenté mientras me erguía, con esfuerzo, de la cama. Desde mi nueva posición, miré la mesilla sobre la que reposaba la comida que no pensaba comer-. Creo que me haría más daño comerla que dejarla de comer - añadí con una mueca.

Suspiré. ¿Cuándo tiempo pensaba quedarse el automata este?

Q - Habitación Nº97

Observé al muchacho mientras se incorporaba y comentaba quejosamente.

- Sufre usted de gripe, no de ningún mal del estómago. Necesita mantener sus defensas fuertes para sanarse así que es preferible que coma-. Comenté mientras hacía algunas anotaciones en mi agenda. Luego volví a mirar a Terrier.- Aunque siempre podemos ponerle una via si sigue negándose-. Comenté clavando mi vista en la suya, bajando un poco la cabeza y subiendo los ojos para verle sobre mis gafas y no a través de ellas. Pensaba continuar con alguna otra represalia cuando la puerta volvió a abrirse y me giré con rapidez para omprobar quien era. Al conocer al lúnatico acompañado de su "mascota" fruncí el seño y di la espalda completamente a Terrier.

- hum, espero que se mejores en breve-. Comenté con algo de incordio intentando ignorar al hombre que acababa de entrar.

Doctor - Habitación Nº97

Pfff otra vez a ver a aquel mocoso quejica, ¿es que no había un día en que todo el mundo gozase de uena salud? Que pochos andaban todos en aquel lugar. Sería tanto verde de billetes, ¡ja! Tsk, realmente era molesto. Menos mal que charley estaba conmigo siempre, aunque a muchas veces, como ahora, debía cargarlo en un hombro como si fuese un saco de patatas. Inconvenientes de no tener músculos, ¿eh Charley? Agh, casi se me había acabado el pitillo y a penas lo había saboreado, ¡mierda! y no tenía más hasta la comida, me cago en la madre...Bueno relájate, relájate, sí charley ya se que debo controlar mi ansiedad, vale, vale.

entré por fin en la habitación del mocoso, ya algo calentito, para encontrarme con la creme de la creme, el estirado de Q no podía estar metiendo sus narices en otro lado, claro. Maldición, diablos, córcholis, la madre que me...bueno, yo tenía a Charley, y con charley siempre se podía contar. antes de cruzar la puerta y escuchar al remilgado gafotas coloqué a Charley en pie y lo sujeté por la cadera haciendo que quedase apollado en mi costado derecho. Luego entramos juntos. Una vez nos cruzamos ese estirado y yo mantuvimos la mirada desafiante. Casi quise gruñirle, pero Charley me avisó que mejor no hacerlo, nu fuese a saltar sobre nosotros, pss.

Cuando estuve cerca del chico el pelma ya había cerrado la puerta y fui más féliz. Solo un poco. Vacié la silla y senté en ella a Charley, luego miré al chico.

- Tienes que comer y me dan igual tus reproches de joven encabritado, si no comes te meto una via desde la nariz hasta el estómago y otra por el pito para controlar que digieres bien-. Sí, a estos chicos repelentes y adinerados había que tratarles así o no hacían caso de uno. Saqué del maletín las vías más gruesas que encontré y las planté sobre la mesita.- Decide-. Sentencié expulsando la última vocanada de mi cigarro. Apollé el maletín en el escritorio y empecé a sacar algunas cosas. Luego fui junto al chico a oscultarlo.

- Charley te vigilará, si no comes volveré a ponerte esas jodidas vías-. Continué mi lavor y comprobé su garganta y lengua con un pequeño palito que luego le regalé. que generoso era yo. Vi como tenía los ojos y los oídos. algo de moco, garganta roja, fiebre, suponía por sus gestos que dolor de cabeza, poco apetito...bah, no moriría de aquella. Me quedé sentado en la cama, mirándole.

- Se me han acabado los cigarrillos así que mi paciencia es más reducida que mi tiempo contigo. ¿Has dormido? ¿te has tapado? ¿Cuándo empezaste a encontrarte mal? Has tomado el antibiótico en completa ayuna? ¿Desde cuánto no comes? Venga, di todo lo que puedas y más-. Eché un vistazo a Charley, él siempre estaba interesado en mis consultas, si es que tenía madera para el oficio, sí señor.Miré al chico.- Ignora a Charley si te pone nervioso.