X- Rider [Edificio Kôtei]

Wood Terrier- Dark Lightning - 100$

Habitación 97 (me siento muy margi teniendo la 97 xDDD)

Cogí el desayuno, ese que no pensaba comer, y, como si fuese un perrito obediente y adorable, obedecí al "doctor".

- Ah, sí, sí que tenía hambre, sí - comenté con un amago de sonrisa.

No, no tenía hambre. Ni una poca. Pero ese tipo le hablaba a un esqueleto. ¡A un esqueleto! ¿Y era médico? ¡¿Mi médico?! ¿Es que en ese edificio las personas normales escaseaban o qué? Que si un automata humano, que si un niño al que nadie entendia, que si un hombre que le hablaba a un esqueleto, que si Charlie ... No, si L iba a resultar ser el único normal.

Suspiré.

- Sí, dormí. Sí, me tapé. Sí, comí el antibiótico en ayuna - respondí, como si de Q me tratase. Luego continué-. Me encontré mal ayer, y llevo sin comer desde ayer.

Miré a Charlie. La de cosas que debía sufrir el pobre con ese hombre al lado.

FdR. Odio mi bucle espacio temporal D:

Doctor - Habitación Nº97

Vi como el chico empezaba a comer y sonreí con satisfacción. ¿Ves, Charley? Con aquellos niños había que tener palabras duras para obtener resultados. Escuché sus respuestas frunciendo el ceño.

- ¿Ese el tipo de la escoba por el culo ya te ha pegado su forma de hablar?- Baaah ese maldito entrometido, siempre en todas partes y siempre apareciendo de la nada. Seguramente ya le habría estado comiendo la cabeza al chico.- Bueno, ya veo. Así que sin comer desde ayer. Como hoy no huviese venido a darte de comer como a un bebé seguramente mañana habrías estado con una horrible úlcera en el intestino-. Miré a Charley.- Sí, Charley, tienes razón, al menos así aprendería.- Volví a mirar al chico.

- Bueno, que hayas dormido es positivo, que te hayas tapado es contraproducente y que hayas tomado el antibiótico en ayunas es idiota-. Comenté mientras escribía un par de cosas en mi libreta. No, yo no era de esos de las agenditas como el gafotas estirado. Bien sabía Charley que a mí me gustaba corroborar que era yo quien escribía.

- Desde ahora comerás lo que te traigan con hambre o sin ella, tratarás de dormir destapado o yo mismo encargaré que no te pongan sábanas y te mantendrás en reposo. Si te duele la cabeza tómate un paracetamol. En cuanto te baje la fiebre podrás salir a la salita común, pero solo a la salita.- Revolví un poco mis cosas y las volví a guardar en el maletín.- Mejor date una ducha, te sentará bien. Pero procura que el agua esté más bien fría. Si no lo haces lo sabré, Charley se quedará aquí vigilándote.- Me levanté y fui hacia Charley, agarré su calabera y le di un beso en el temporal izquierdo.

- Charley, ya sabes lo que tienes que hacer. No, no tardaré mucho. Venga no te pongas así, no puedes pasarte el día detrás de mis batas. Bueno, venga, te compensaré al volver.- Hice una caricia en su mandíbula antes de soltarlo y me dirigí al chico.

- Te auguro una semanita de encierro aquí.- Me dirigí hacia la puerta y la abría. Cuando iba a marchar lo recordé.

- Ah...- Mi voz fue más pausada y seca, nisiquiera me había dado la vuelta.- Como le pase algo a Charley, puede que tu gripe empeore irremediablemente...- Tras dejar aquellas palabras colgadas en el aire salí de la habitación.

Wood Terrier- Dark Lightning - 100$

Habitación 97 (me siento muy margi teniendo la 97 xDDD)

Escuché atento las palabras del doctor. Durante unos instantes pensé en responder a alguna de sus frases, pero decidí que lo mejor era dejarle a su bola. Estaba loco, y dudaba aunque le dijese que Charlie era un esqueleto nunca me creería.

Suspiré. ¿No había otro médico más normal? Vale, Charlie era majo. Un esqueleto de pocas palabras, de esos que sabían escuchar, como los de antes. Pero el doctor estaba loco. Por Dios, ¡le hablaba a un esqueleto! Y le besaba. ¡Besaba a un esqueleto! ¡A un cúmulo de huesos! ¿Por qué? ¿Qué demonios sentiría? ¿Acaso no veía que eso no era normal?

Observé como abandonaba la habitación, dejandome solo con Charlie. No podía pasarle nada, o sino tardaría más en salir de mi carcel, también llamada cuarto a veces. Igual el doctor hacía una locura si le pasaba algo a su compañero. No quería ver eso.

Miré mi plato de comida y, obedeciendo al doctor (a pesar de todo era médico, debía saber de esas cosas), terminé la comida. Luego hice caso a su consejo, y me duché con agua fría.

Cuando salí, ya vestido, del baño, miré a Charlie.

- Eeeeh ... ¿Cómo va eso, Charlie? - pregunté mientras volvía a la cama.

Evidentemente no contestó, pero yo asentí igualmente.

- Un esqueleto de pocas palabras, ¿eh? Interesante. Mmmm ... ¿Cómo es tu vida con el Doctor? ¿Está tan majara como aparenta?

Con un poco de suerte, alguna alma caritativa acudiría para decirme hola al menos.

Q - Pasillos

Menudo día, perimero casi perdemos a un corredor, luego que si el mocoso de Terrier no quiere tomarse el desayuno, ¡ni que fuese yo su nany!, el doctor locura con su espantoso esqueleto y después me bombardean la cabeza que si los corredores no dan resultados...Agh, necesitaba vacaciones, o un descanso o...Bah

Caminé por los pasillos dando algunos picotazos con el puntero en la agenda y acabé por suspirar. A veces aquel trabajo me superaba.

Taylor (mi querida Taylor ♥ XDU) Barton.

Entrada/Pasillos/Lugares varios.

Si había algo que no me gustaba, era esperar a alguien que no pensaba aparecer. Y ahí estaba yo, vagando por ese edificio tan grande en busca del estúpido que resulto ser mi amigo de toda la vida. No, si es que debía de tener una suerte de perros. No sólo me desplacé hasta ahí para verle, sino que hasta le traje un libro. Y va, y no apareció para la carrera. ¡Era idiota!

Suspiré. ¿Le habría pasado algo?

Fui hasta recepción y, una vez allí, pregunté cual era su cuarto. La señora me respondió. El cuarto 97, dijo. Bueno, al menos no estaba demasiado lejos.

Caminé por los pasillos, pensando en las musarañas, o en lo cool que era el hotel, cuando lo vi.

Cabello negro, con pinta de ser suave, peinado hacia un lado; gafas redondeadas que no me dejaban ver bien sus ojos; un hermoso perfil; una expresión de máxima concentración; un traje impoluto, ...

Parpadeé varias veces, mientras notaba que mis mejillas se sonrojaban, y me quedé ahí, parada en el pasillo.

¿Quién era ese hombre?

Q - Pasillos

Continué el recorrido con más calma. Venga Q, no era ni de lejos el peor dia en aquel lugar. Me llevé la mano al pelo con suavidad para comprobar que todo estaba en su sitio cuando vi a una chica en medio del pasillo. No llevaba uniforme, esa fue el primer argumento para asegurar que no trabajaba aqui ya que, a pesar de que no me sonaba su cara, yo no cocnocía a todos los trabajadores del edificio. Entonces seguramente sería una cliente...Pero era demasiado joven y su ropa no era muy acorde...¿Visitante? Posiblemente. Igualmente mi trabajo era prestas ayuda en estas situaciones.

Me acerqué a ella con el mismo paso que venía teniendo, pero cuidando más la forma elegante de caminar. Mientras me acercaba sonreí con calidez ante la señorita antes de parar a un escaso metro de ella.

- Buenos días, Señorita. ¿Puedo ayudarla en algo?- El saludo fue acompañado de una leve reverencia llevando la mano derecha hacia adelante con la palama hacia arriba para luego formular la pregunta una vez erguido. No dije más, preguntar más cosas a partir de mis hipótesis pordía resultar maleducado y como encargado del bienestar de clientes y visitantes debía ser lo más correcto posible.

Taylor Barton

Pasillos

El hombre se acercó a mí, sonriendo. Dios, qué sonrisa tan bonita tenía. ¿Cómo se llamaría? ¿Cuántos años tendría? ¿Tendría novia? ¿Estaría casado? ¿Tendría hijos?

Le devolví la sonrisa cuando se paró. Todavía tenía las mejillas sonrojadas, pero intenté comportarme con normalidad.

- Ho ... Hola - saludé ensanchando la sonrisa -. Yo, yo, yo ... Yo ... Yoooo ...

Tragué saliva. Por un extraño motivo, las palabras se empeñaban por no salir de mis labios.

- Yoooo ... ... Yooo me preguntaba ... ¡No! Buscaba ... Buscaba ...

Mierda. ¿Qué buscaba? Seguro que me tomaría por una idiota. Sonreí otra vez, con timidez.

- Lo siento ... Soy un poco tímida - me disculpé mirando hacia otro lado. Luego clavé mi vista en sus gafas-. Buscaba la habitación ... La habitación ... ... ¡97! Sí, eso, la 97 - reí nerviosa, pero continué -. ¿Sa ... Sabe dónde ... queda?

Q - Pasillos

Observé a la chica con curiosidad y mostré un gesto de comprensión y paciencia, manteniendo la amable sonrisa.

- Comprendo, Señorita.- Comenté en un principio asintiendo.- Así que busca la habitación del Señor Terrier.- Conocida, hermana, prima...En tal caso sí que se parecían bastante...

- Puede llamarme Q, soy un trabajador del edificio y puede contar conmigo para lo que necesite.- Continué.- A venido a ver su carrera supongo. Desgraciadamente el Señor Terrier se encuentra pasando un proceso gripal ahora mismo.- Mi sonrisa se apagó unos segundos mientras adaba la noticia para no dar la sensación de alegría ante esta.- ¿Podría permitirme su nombre? La acompañaré a la habiatación y la anunciaré para comprobar si se encuentra disponible.- Se me hacía extraña su reacción, a pesar de que no lo expresase. Se comportaba de forma totalmente similar a Terrier cuando miraba a S...Oh. Supuse que sus mejillas no informaban del calor ambiental precisamente.

Taylor Barton

Pasillos

Así que por eso no había ido a la carrera. Interesante.

- ¿Está bien? O sea ... Quiero decir ... ... ¿Tiene fiebre ... o algo así? No es que me importe demasiado. Bueno, sí, pero no en ese sentido. Sí, ya sabe ... - inquirí con una tímida sonrisa.

Claro, normal que estuviese cohibida. La culpa no era mía. Era toda suya y de su sonrisa, su adorable sonrisa. Suspiré. Hasta su nombre era elegante: Q. ¿Acaso había letra más fina que esa? No, claro que no. En mi fuero interno, le agradecí al idiota que estuviese enfermo. Si no hubiese sido así, a saber cuándo podría haber visto a semejante hombre.

Miré al suelo, sonrojada, y respondí a sus preguntas.

- Me llamo Taylor, Taylor Barton y soy sólo una amiga de Wood, nada más que amigos. Tan amigos como dos amigos masculinos. Sin abrazos ni nada. Amigos como los de antes. O sea, amigos. Sólo amigos. Vamos, que sólo nos vemos como amigos. Sí, eso, amigos, sep - asentí un par de veces, afirmando lo que decía. Luego alcé la vista y volví a sonreile -. Sería un honor que me acompañase, pero si está ocupado no hace falta, porque sé llegar sola y no quiero molestarle. No quiero decir que no quiera, no ... Pero claro ... Igual está ocupado. Aunque sería todo un honor muy grande, tanto como la Luna de grande, o como el Sol de grande, o como algo muy grande. Pero seguro que eso y ... claro ... Sí, ¿no?

Le sonreí otra vez.

Q - Pasillos

Escuché a la chica con tranquilidad para tratar de depurar lo realmente necesario entre todas sus palabras. Traté de mantener un gesto de interés o comprensión, riéndo con mucha moderación en algunas partes.

- El doctor ha hido hace un rato a visitar al Señor Terrier así que supongo que le habrá bajado la fiebre.- Mantuve eel gesto amable.- No debe preocuparse por su amigo-. Comenté poniendo un pequeño énfasis al nombrar la palabra "amigo"

Reí algo menos discretamente llevándome una mano a la boca para dar la sensación de pretender mantener la compostura a pesar de lo gracioso de su comentario y resultar de más confianza para ella.

- Entonces solo son buenos amigos. Lo comprendo- Vaya hombre...U No era suficiente con los otros chicos que ahora se unía una nueva adolescente en pleno proceso hormonal. Igualmente debía reconocer que aquel dato subía mi autoestima. A pesar de mis 29 seguía gustando a las nuevas generaciones.

- Bueno Señorita Barton, será un placer acompañarla hasta la habitación de su amigo el Señor Terrier.- Sí, mejor, si eran similares en orientación seguramente no llegaría ni a en la próxima carrera. Esos 40 minutos 56 segundos...Jamás lo olvidaría.

- Tranquila, mi principal trabajo es hacer que nuestros clientes y visitantes se sientan lo mejor psible.- Mentira. Tenía mil cosas pendientes, pero...Sonreí amablemente y cedí mi brazo para que se agarrase antes de comenzar a caminar.

Taylor Barton

Pasillos

Asentí a los comentarios de Q.

- Sí, somos amigos ... Lo conozco desde hace mil, y eso ... ¡Somos amigos del bocadillo! - exclamé con una sonrisa.

Luego me sonrojé por el comentario y la efusividad. Sonreí con timidez, otra vez, y miré a otro lado.

- Amigos sin más - repetí.

Comenzó a andar, y me cedió su brazo. Me puse a su altura, pero no lo toqué. Simplemente me dediqué a caminar a su ritmo, manteniendo las distancias y mirando al suelo.

No supe cuánto andamos, aunque fue un paseo realmente adorable y genial, pero se me hizo corto.

Suspiré. Ahí estaba la habitación de marras. ¿No podía haber cogido la 532 o algo así?

Jo ...

Q - Pasillos

Taylor pareció dudar unos segundos antes de seguirme para luego rechazar mi ofrecimiento. Por supuesto, siendo amiga de Terrier poco tendría en cuenta la cortesía...Suspiré para mis adentros la resignación que me preoducían los adolescentes.

Durante el trayecto traté de mantener el gesto amable y relajado para que ella se sintiese a gusto y más tranquila. Intentaba dar algo de conversación amena, pero nunca insdiscreta o con situaciones incómodas. al fin llegamos a la habitación de chico.

- Bueno, aquí es. Disculpe unos segundos.- Golpeé la puerta un par de veces y tomé un tono seguro.

- ¿Señor Terrier? ¿Se encuentra disponible? Una amiga suya, Taylor Barton ha venido a verle-. Esperé a su respuesta sin perder de vista la puerta.

Wood Terrier (puppy : P)

Habitación 97

- Y así fue cómo Harry descubrió el pasado de Snape, Charley. Harry Potter es algo así como un clásico, ya sabes, rollo Romeo y Julieta y esas cosas. Sí, ya, ya sé que tú sabes, Charley. ¡No esperaba menos! De verdad, ¿también te leíste Romeo y Julieta? Vaaya, interesante. Sí, bueno, yo aún no me lo lei, pero si a ti te gustó, pues mira, le echaré un ojo.

Alguien llamó a la puerta, interrumpiendo nuestra agradable conversación. Desde luego, ahora que Charley comenzaba a soltarse, iban y llamaban. No podía ser antes, nooo, claro que no.

Suspiré. Era Q. ¡Q! Pobre Charley, seguro que no podría soportar una conversación con semejante automata.

- Síiii, estamos disponibles, ¿no, Charley? - respondí mirando al esqueleto.

Q dijo algo de una amiga. Taylor. ¡Taylor!

- ¿Ha venido Taylor? ¡Genial! Así podré presentarle a Charley - respondí, sonriente. -. Taylor es una amiga, Charley, no te preocupes - expliqué. No quería que se pusiese nervioso. Luego añadí-. Adelante entonces.

Q - Pasillos

Escuché al Terrier demasiado animado en aquel momento y me apreció extraño. Hablaba como si otra persona estuviese con él. Miré mi agenda, en su habitación solo se encontraba él. ¿Estaría delirando de fiebre.

- En ese caso vamos a entrar.- Comenté antes de pasar la tarjeta y abrir la puerta. Por si acaso, inicialmente la abrí lo suficiente como para que mi tronco pasase con comodidad para dar un primer vistazo.

- Señor Terrier...- La escena fue como una bofetada. El maldito esqeleto. Fruncí el ceño unos segundos y luego relajé el gesto para mirar a Taylor.

- Denos unos segundos, por favor.- Pasé y cerré la puerta. Acto seguido mi cara fue de total desaprobación. Me dirigí a Charley, lo agarré de las primeras vértebras y lo lancé dentro del baño. Una vez sus huesos dieron con la fría baldosa, fui hasta el lugar y cerré la puerta. Abrí las persinas y las ventanas para alibiar el ambiente cargado y volví junto a Terrier.

- ¿A usted le parece normal lo que estaba haciendo? ¿Es que ese médico chalado le ha pegado su locura? Venga, enderécese y deje de hacer el idiota que su amable amiga ha venido a verle.- Una vez dicho me dirigí a la puerta y la abrí con calma, volviendo al gesto tranquilo.

- Todo en orden, ya puede pasar, Señorita Barton.- Comenté.

Wood Terrier (dentro de poco empezaré a poner Choco xD)

Habitación 97

- ¡¡¡¿PERO QUÉ HA HECHO?!!! - exclamé al ver como Q lanzaba a Charley, ¡a Charley! al baño-. ¡¡ASESINO!! ¡¿Y si se rompió?! Oh, Dios mío, Charley - Taylor estaba fuera, así que podía gritar, exclamar, ... contra ese asesino. ¡Charley!

Estaba a punto de volver a poner el grito en el cielo cuando recordé las palabras del Doctor. "Como le pase algo a Charley, puede que tu gripe empeore irremediablemente..." Palidecí de pronto, y abrí mucho los ojos. Oh, Dios mío. ¡Oh, Dios mío! Charlie seguro que no había podido superar ese golpe. El Doctor me mataría. ¡Acabaría conmigo! Ese tipo estaba loco. ¡Le hablaba a un esqueleto! Oh, Dios, oh, Dios ... ¡Charley!

- Oh, Dios mío ... - murmuré nervioso.

Clavé la vista en el baño, y una parte de mí deseó correr abrir la puerta y abrazar a Charley; decirle que todo saldría bien y que no se preocupara, que yo lo arreglaría, que superaríamos este duro golpe. Pero no pude. Q abrió la puerta, y Taylor entró. No quería que viese a Charley en aquel estado (Dios sabía qué pensaría). No, así no debía presentarlos. Así no debían ser las cosas.

- Charley ... - sollocé mirando a Taylor con la cara descompuesta en una mezcla de pena y temor. Si Charley no estaba bien, el Doctor me mataría. Oh, ¿por qué a mí?

Miré hacia abajo, y tapé mi cara con las manos. Respiré hondo, y enterré las manos en mi pelo. No debía preocuparme. Encontraría alguna solución. ¡Sí! Igual Charley estaba bien. ¡Igual no le había pasado nada! Me aferré a esa idea como si fuera un muerto de sed al que le acababan de ofrecer un botellín de agua.

Miré a Taylor. Parecía ligeramente confusa.

- Hola ... - murmuró. Luego preguntó:- ¿Quién es Charley?

Y nos miró a Q y a mí.

No supe qué responder. Mi mente sólo pensaba si Charley estaría bien. Oh, Charley.

FdR. Charley, noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo ;______________________;.
Pd. Está loco LOL. Como una cabra LOL. Poobrecito D:

Q - Habitación Nº97

Me sorprendí un poco ante la reacción del chico, aunque permanecí sin cambiar mi gesto de enfado.

- Deje de actuar como ese chalado. Ese saco de plástico es solo un estorbo que algún día conseguiré elminar de este pulcro edificio.- Me coloqué bien los gemelos de la camisa. Observé entonces que Terrier había cambiado su expresión a una especie de extasiamiento o preocupación profunda. Incluso estaba pálido. Miré al baño, tenía su vista allí clavada. Creo que comprendía. Aquel psicópata...

- No se preocupe por eso ahora Terrier y atienda a su amiga.- Hacia unos sengudos que la chica había entrado en la habitación, pero ahora le permitía ver mi gesto de desaprobación ante la situación.

- Charley es un esqueleto de plástico propiedad del doctor.- Comenté con seriedad colocándome las gafas.